Con una marea de pañuelos verdes, el activo movimiento feminista de Argentina proclamó ayer martes que irá otra vez por la despenalización del aborto en el Congreso aún a sabiendas que en un año de elecciones presidenciales el desafío no parece sencillo.
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El país natal del papa Francisco estuvo a punto de darle marco legal a la interrupción voluntaria del embarazo en 2018 cuando la iniciativa logró una histórica media sanción de la Cámara de Diputados pero no prosperó en el Senado.
Convocadas por la Campaña Nacional por el aborto legal, seguro y gratuito –el colectivo de distintas organizaciones feministas, políticas y sociales que desde hace más de una década lucha por el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos–, varios cientos de activistas protagonizaron un “pañuelazo” verde, color que las identifica, frente al Congreso.
“¡Aborto legal en el hospital!” e “¡Iglesia y Estado, asunto separado!” gritaron las mujeres, en su mayoría jóvenes.
“En mi cuerpo yo decido que el aborto sea legal, en mi cuerpo yo decido, a la cárcel nunca más”, arengó a la multitud una activista desde el escenario con la lectura de un manifiesto.
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Lejos de sentirse frustradas por la derrota legislativa del año pasado, las activistas anunciaron que presentarán en el Parlamento este año el octavo proyecto de ley sobre despenalización del aborto desde el retorno de la democracia en 1983 y reclamaron que el tema figure en la agenda de los candidatos a la presidencia en las elecciones generales de octubre.
Paradójicamente, la campaña electoral podría convertirse en un obstáculo para la discusión del tema, ya que tradicionalmente el debate parlamentario se reduce al mínimo en año de elecciones generales.
Desde algunas organizaciones políticas que integran el colectivo de mujeres toma fuerza la idea de impulsar una consulta popular para que la población se pronuncie sobre el aborto en simultáneo con las primarias abiertas y obligatorias de agosto en las que quedarán consagrados los candidatos a las generales de octubre.
“Acá hay muchos sectores que han jugado en contra, los anti-derechos (en referencia a quienes se oponen a la despenalización) relacionados a la iglesia pero también los partidos tradicionales. Es momento de que todo el mundo se pronuncie… sino, tenemos que seguir contabilizando muertas por aborto clandestino”, sostuvo Celeste Fierro, dirigente del Movimiento Socialista de Trabajadores.
En Argentina el aborto es legal en caso de embarazo por violación o riesgo para la salud de la madre.