Un alto oficial de la Fuerza Armada de Venezuela se declaró en desobediencia contra el presidente, Nicolás Maduro, el martes en la noche, alentando las versiones sobre el malestar entre los militares. En las próximas horas, el ejército jugará un papel crucial en la pugna entre el gobierno y la oposición por la entrada de la ayuda humanitaria al país.
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El coronel Pedro Chirinos Dorante, quien se identificó como asesor militar adjunto a la misión permanente de Venezuela en Naciones Unidas, anunció en un video difundido en redes sociales que se declaraba en «desobediencia» contra el gobierno de Maduro.
Vestido con un traje militar verde oliva y una boina negra, entre dos banderas _ de Venezuela y la ONU _ y con un cuadro del libertador Simón Bolívar de fondo, Chirinos Dorante ofreció su subordinación al «gobierno de transición» del jefe de la Asamblea Nacional y líder opositor, Juan Guaidó, que se declaró presidente encargado del país sudamericano a finales de enero.
Hasta el momento, las autoridades no ofrecieron comentarios sobre el caso.
Coronel (EJ) Pedro Chirinos Dorante, asesor militar de #Venezuela ante la ONU, se declara en desobediencia al gobierno de Maduro y reconoce a Juan Guaidó como presidente encargado. pic.twitter.com/QG1LDneBKs
— Andreina Flores (@andreina) February 20, 2019
Chirinos Dorante es el cuarto alto mando, sin manejo de tropa, que se rebela contra Maduro en menos de un mes.
A finales de enero, el agregado militar de la embajada de Venezuela en Washington, el coronel de la Guardia Nacional José Luis Silva, anunció que desconocía a Maduro. A este pronunciamiento le siguieron este mes el del general de la Aviación Francisco Esteban Yánez Rodríguez, que laboraba en la Dirección de Planificación Estratégica de la Comandancia de la Aviación, y el del coronel activo Rubén Paz Jiménez.
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Las declaraciones Chirinos Dorante se produjeron unas horas después del comunicado del ministro de Defensa, el general en jefe Vladimir Padrino López, que ratificó el respaldo de la fuerza armada a Maduro y descartó que los uniformados vayan a ceder a las presiones internacionales.
Descontento popular
Desde que arrancó la crisis en enero, el alto mando ha ofrecido varias declaraciones de apoyo a Maduro. En las últimas semanas, el presidente incrementó sus apariciones en actos del ejército, que se ha convertido en el principal soporte de su gobierno en medio de un creciente descontento popular.
A pesar del apoyo del alto mando, persiste la incertidumbre sobre si esa postura es respaldada por los oficiales de rango medio y bajo, quienes se han visto muy golpeados por la crisis económica que sacude el país. Los analistas sostienen que el descontento en los cuarteles se refleja en las miles de deserciones y las detenciones de varias decenas oficiales que se han dado en los últimos meses.
La declaración de Padrino López respondía al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que a inicios de semana instó a los militares venezolanos a subordinarse a Guaidó y advirtió que si siguen respaldando a Maduro «no encontrarán puerto seguro, ni una salida fácil, ni forma de escapar. Lo perderán todo».
«Van a tener que pasar por nuestros cadáveres», dijo el ministro, acompañado del alto mando militar, añadiendo que no aceptarán la imposición de un gobierno «títere».
En medio de un contexto de creciente tensiones, Guaidó difundió el lunes en su cuenta de Twitter varios mensajes dirigidos a algunos jefes militares regionales, que incluyeron fotografías de los oficiales, en los que los exhortó a que permitan el ingreso al país de la ayuda humanitaria internacional. La oposición espera iniciar este proceso el 23 de febrero pese a que Maduro descartó la entrada.
Desde que Guaidó asumió en enero la jefatura de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, ha hecho varias exhortaciones a los militares para que desconozcan a Maduro y les ofreció un proyecto de ley amnistía a cambio de que restablezcan la Constitución, pero hasta el momento no se han dado reacciones contundentes.
Los militares enfrentarán esta semana una prueba de fuego cuando decidan si permiten o no el paso de la ayuda humanitaria internacional promovida por la oposición con apoyo de Estados Unidos, Colombia, Brasil y otros países.
Caracas acordó el martes el cierre de las fronteras marítima y aérea con las islas de Aruba, Curazao y Bonaire, que están frente a las costas venezolanas. En Curazao está uno de los cuatro centros de acopio de ayuda. Los otros tres están en la ciudad colombiana de Cúcuta, en el estado brasileño de Roraima y en Miami, Florida.