Uno camina o anda por la calle y lo puede notar. Nos hemos llenado de opciones cuando tenemos un antojo o necesitamos comprar algo en el supermercado sin movernos de la casa. La oferta de aplicaciones de delivery ha crecido con fuerza en el último año, pero estas están abriendo nuevos campos de acción para tener cautivos a sus usuarios.
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Ya sea estrategia frente a la competencia o exploración de nuevos mercados, las empresas tras estas herramientas tecnológicas están apostando desde el año pasado y este 2019 por otro tipo de servicios.
Cabify es conocida por su oferta de transporte privado y que, hace poco sumó a los taxistas a la plataforma. Aunque a finales de 2018 dio a conocer que para este año incursionará en otro tipo de alternativa para moverse por la ciudad y que, actualmente, está en pleno auge.
De la mano de la startup española Movo, se sumará a Lime y Scoot a los scooters eléctricos que ya se pueden ver por algunas comunas de la capital. Juan de Antonio, CEO de Cabify, indicó en ese minuto que “nos entusiasma acompañar a Movo en esta aventura que tiene un efecto directo: más opciones de movilidad al alcance de más personas”.
Por otro lado, Rappi fue la app de delivery que se sumó al último a este mercado en Chile. Pero con menos de un año operando, ya cuenta con tres servicios distintos al pedido de comida o compra de supermercado.
En diciembre pasado lanzaron RappiPay, una billetera virtual para poder pagar con la app en tiendas físicas con el solo uso del smartphone. En la misma línea, sumarán RappiCash para llevar dinero en efectivo a domicilio y también se sumaron a la fiebre de los scooters al hacer una alianza con Grin, empresa de origen mexicano.
Pero ¿qué hay detrás de estas apuestas de diversificación de las aplicaciones? “La razón en avanzar en otro tipo de negocios es para expandirse en sectores atractivos que les permita crecer financieramente”, parte señalando Martín Ireta, director de postgrados de la Escuela de Negocios de la U. Mayor
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El académico agrega que las empresas han aprendido a través de los años a expandir sus negocios sin importar el rubro, añadiendo que el sector tecnológico, a su juicio, es más ambicioso en este sentido.
Conocer al usuario: una ventaja
Isaac Cañas, gerente general de Rappi Chile, comenta que el objetivo que tienen con diversificar su oferta “es poder cubrir todas las necesidades de la gente. La gente necesita comprar, necesita pagar, necesita comer, necesita moverse por la ciudad”, subraya.
En ese sentido, Ireta apunta a una ventaja que tienen las aplicaciones a la hora de apostar por ofrecer otro de tipo de servicios a sus usuarios: que no parten de cero. “Estas empresas ya tienen raíces en la economía chilena y poseen información muy valiosa de sus clientes que les permite apostar por este nuevo crecimiento”, afirma. Eso implica saber gustos, tendencias, etc., tal como lo dice Cañas.
Y el ejecutivo agrega que también se apunta concentrar todo lo que podría querer una persona en una sola plataforma, porque asegura que “un usuario no tiene espacio para tener una app para cada cosa”.
Pero Chile, un país tan pequeño comparado con otros de la región ¿aguanta tanta aplicación con tanto servicio diferente? El académico de la U. Mayor opina que la curva de crecimiento de estos servicios va al alza y en esta oferta de delivery, scooters, transporte privado, entre otros, “aún existe espacio para encontrar nichos de clientes”. Dice que quizá en un par de años la demanda se estabilice “y es cuando comiencen algunas empresas a despedirse”, pero apunta a que “es muy pronto para saber que sucederá”.