Economía

De las cosas más difíciles del trabajo: ¿cómo pedir un aumento de sueldo?

Tener conocimiento del resto de los salarios del mercado en el área que te desempeñas y ser flexible a abrirse a otros beneficios más allá de obtener más dinero, son algunas de las recomendaciones.

Hay muchas cosas difíciles o desafíos que se presentan recurrentemente en el trabajo, pero nada puede ser tan complicado como sentarte frente a tu jefe y plantear la alejada posibilidad de que te suban el sueldo.

Esta parece ser una de las instancias más incómodas que deben enfrentar los trabajadores durante su trayectoria profesional o, por lo menos, aquella en la que frecuentemente cometen la mayor cantidad errores, ya sea por inexperiencia acerca de la forma correcta de manejar esta situación, por desconocimiento de los salarios que se manejan en el mercado para un cargo y funciones similares, por inseguridad respecto a sus propias habilidades, por miedo a una respuesta negativa y/o por escasa capacidad para “venderse” ante su empleador.

Al respecto, Carlos Espinoza, branch manager de la consultora multinacional de Recursos Humanos Randstad, señala que lo primero es la preparación, es decir, entender bien cómo es el proceso de evaluación de desempeño implementado por la firma, si es que lo tiene; cuáles son las actitudes y aptitudes más valoradas, cómo se determinan los aumentos de renta en la organización y si existe una política al respecto.

“En la mayoría de los casos, los incrementos salariales forman parte del periodo anual de revisión de competencias, lo que significa que, por lo general, es más difícil obtener una respuesta positiva en momentos que se alejan mucho de las fechas en que finaliza este ciclo. Por eso resulta vital conocer los procedimientos de recursos humanos y la performance que está teniendo la empresa antes de realizar cualquier acción, ya que elegir el minuto adecuado para hablar sobre este tema es clave si la persona quiere obtener una respuesta positiva, de lo contrario, todos los esfuerzos pueden ser en vano».

En tanto, el experto señala que, en caso de no haber protocolos o procedimientos al respecto, «es posible solicitar una reunión a fin de año, dando el tiempo necesario para que se analice y evalué la factibilidad de este requerimiento”.

Pasos a seguir

En esta fase, también es relevante darse el tiempo para estar al tanto de las bandas salariales que se están manejando en el mercado. Así, el ejecutivo recomienda averiguar cuál es el intervalo que tienen otras compañías para un cargo con similares responsabilidades, nivel de estudio, manejo de idiomas y experiencia, con el objetivo de negociar con mayor propiedad y seguridad con el empleador.

Y si bien, hablar de dinero siempre puede ser un poco incómodo y hay temores a equivocarse respecto a cuánto aumento pedir, es útil contar con estas cifras, «para bajar la ansiedad y manejar rangos más aterrizados”, asegura Espinoza. Para conseguir esta información se pueden seguir diferentes vías, una de ellas es consultar a colegas que desempeñan una función parecida, ya que siempre habrá amigos y familiares que estarán dispuestos a compartir al menos un rango que sirva como referencia, agrega. Asimismo, “en internet hay ofertas de empleo que tienen publicada la renta, por lo que se puede hacer un mini sondeo para chequear si existe información sobre el puesto a investigar».

La siguiente etapa es qué se le va a decir al jefe, cómo plantear el deseo de tener un mayor sueldo. Para ello, se aconseja elaborar un discurso, ya que hay que estar preparado para explicar de manera efectiva, por qué el esfuerzo tiene que ser recompensado con un incremento salarial. “Si la empresa realiza evaluaciones de desempeño, los argumentos siempre deben centrarse en los resultados obtenidos en esa medición, debido a que allí se reflejan concretamente los logros alcanzados. En este sentido, es imprescindible que el trabajador tenga claro qué aspectos ha mejorado y cómo su gestión ha aportado a la organización, teniendo a la mano ejemplos concretos y cuantificables que demuestren esta evolución y alto rendimiento», afirma el especialista.

Pero si aún no existe un sistema que permita saber eso, «igualmente hay que recurrir a fundamentos profesionales y a hechos concretos que avalen el buen desempeño laboral. En este caso es recomendable explicar cómo la persona ha agregado valor a la compañía y elaborar una lista de éxitos que vayan más allá de lo que se considera ‘satisfactorio’ en su puesto de trabajo», añade Espinoza.

En tanto, si no es posible acceder a obtener más dinero, «se aconseja plantear la valoración por otro tipo de compensaciones, pues si no es posible aumentar el salario, o solo se puede subir en un porcentaje muy bajo, se deja abierta la puerta para negociar otros beneficios, como jornada flexible, teletrabajo u oportunidades de capacitación”, apunta el experto.

Teniendo listo todo lo anterior, es fundamental encontrar ese momento preciso, porque “si la empresa se encuentra en un mal momento financiero u organizacional, si está reduciendo costos, pausando todos los procesos de contratación y eliminando puestos de trabajo a través de reducción de personal y despidos, lo mejor es esperar un poco, pues existe una gran posibilidad de que la solicitud sea rechazada”, concluye.

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