La inversión inmobiliaria es un mercado que ha crecido como la espuma. Una forma de obtener ingresos extras y de tener una estabilidad financiera para quienes participa de este negocio, el que tambié incluye a los millennials.
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Y es que esta generación también está creciendo su participación en este ámbito y tienen un perfil claro de quiénes son, qué buscan y prefieren.
“Son profesionales jóvenes, por lo general, solteros y sin hijos, que buscan formas de pensar en su futuro”, sostiene Francisco Ackermann, gerente comercial y cofundador de Capitalizarme.com. Además “son personas menores de 40 años que están en etapas laborales en consolidación”, añade Iván Castro, presidente ejecutivo de la emprea de asesoría Century 21 Investment.
Precisamente como están recién partiendo y su capacidad financiera aún es limitada, este grupo etario se inclina por viviendas más pequeñas porque, además, no tienen como primer objetivo vivir en ellas.
Ackermann indica que estamos hablando de aquellos que están en su primer o segundo trabajo y que “se inclinan por departamentos pequeños, de valores que no superen las 2.500 UF, y es porque normalmente su renta oscila entre un millón 300, un millón 500 y su tope es más o menos 3 mil UF”, departamentos pequeños que se arrienden rápido.
«Las viviendas que ellos prefieren son de 1 o 2 dormitorios, ubicadas en comunas céntricas, en la cercanía del eje metro», añade Javier Pardo, gerente comercial de NAI Sarrà.
A su vez, Castro apunta a que estos jóvenes “en su mayoría, viven con sus padres, lo que les permite ahorrar para su primera compra», tendencia que, afirma, debiera continuar al alza.
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Debido a que recién parten en el mundo laboral, muchas veces está el antecedente de la deuda con la que financiaron sus estudio lo que, sin embargo, no debiera ser un mayor impedimento a la hora de llegar al banco para financiar a compra de la vivienda.
Según explica Sergio Arcos, gerente general de la asesora inmobiliaria Reistock, casos como el crédito CAE efectivamente opera y aparece como deuda comercial al momento de evaluarse para un crédito hipotecario, pero “dicha deuda es absolutamente justificable de acuerdo al valor de cuota mensual de pago”.
Añade que en esos casos, los bancos piden el certificado de pago de cuota mensual y el número de cuotas pagadas. “De no sobre pasar un porcentaje de carga importante mensual del sueldo líquido, no opera como castigo en la capacidad crediticia maxima”, afirma.
Por otro lado, existen facilidades que son compatibles con quienes tienen este tipo de historial financiero, debido a que pueden concretar esta inversión, “a través de mecanismos que han ido ofreciendo las inmobiliarias, como una mayor cantidad de cuotas para el pago del pie, comprar más en blanco que antes, lo que les da tiempo para pagar el pie y proyectar más la compra”, apunta Ackermann.
Junto con ello, Pardo remarca que estos profesionales preferentemente «se interesan en departamentos en blanco o verde».
Pensar a largo plazo
Es una cuestión asumida que los jóvenes no le dan al futuro una relevancia suficiente, pero esto, al menos en este mercado, no sería así.
“Lo cierto es que responden a una generación que ya está creciento en edad y empieza a tener otros intereses, dentro de los cuales destaca su planificación a largo plazo sobre vejez y construccion de patrimonio”, dice Arcos.
Además añade que son cada vez más los millenials que ven la inversión inmobiliaria como una alternativa a largo plazo, “que compite con los mecanismos tradicionales de ahorro para la vejez y que entrega buena rentabilidad y riesgo moderado”.