Como fracaso fue calificada la segunda cumbre nuclear entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, acontecida el jueves en Hanoi, Vietnam.
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El éxito de la reunión dependía de un punto controversial: las partes no pudieron alcanzar un acuerdo por sus discrepancias en torno a las sanciones estadounidenses a la hermética nación, en un desalentador final para un encuentro de alto nivel que buscaba desactivar la amenaza global.
Trump dijo a reporteros en Hanói que el encuentro con Kim colapsó por la exigencia norcoreana de levantar todas las sanciones a cambio de pasos limitados hacia el desarme nuclear. Washington considera que la presión económica es su principal activo contra el Norte.
Los medios estatales norcoreanos no realizaron comentarios acerca de la reunión.
En cambio, el avión presidencial Air Force One despegó con dos horas de anticipo. Trump regresaba a Washington sin un trato.
La oficina presidencial surcoreana señaló en un comunicado que cree que Estados Unidos y Corea del Norte ahondaron en su conocimiento mutuo durante sus “largas y profundas discusiones” en Hanói.
La disposición de Trump a aliviar las sanciones a cambio de un compromiso más amplio para la desnuclearización muestra que las negociaciones han entrado en un “nivel elevado”, agregó.
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Sin embargo, el gobierno de Corea del Sur no pierde las esperanzas e indicó que «hará todo lo que pueda para garantizar que Estados Unidos y Corea del Norte puedan mantener el impulso para el diálogo mientras continúan con su estrecha comunicación y cooperación”.