En los últimos años, las mujeres se han incorporado de manera progresiva en universos laborales tradicionalmente reservados a los hombres, ocupando puestos y cargos en rubros que hasta no hace mucho se veían como espacios exclusivamente masculinos.
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La construcción es uno de ellos, donde hoy es cada vez es más común verlas trabajando en tareas impensadas a principios de este siglo, puesto que este rubro abre un abanico de posibilidades para las mujeres que buscan oportunidades en el mundo laboral con diferentes especializaciones, en las que destacan por sus habilidades que las diferencian de los hombres.
“La participación femenina es cada vez más notoria en el sector de la construcción. Hoy en día, hemos visto cómo destacan en oficios como la albañilería y carpintería, así como también en roles de contratistas y arquitectas, espacios en los que pueden desarrollar su máximo potencial y habilidades, dado que suelen ser más dedicadas al detalle y terminaciones estéticas”, comentó Trinidad Bargsted, subgerente de Marketing de Sodimac.
El gran ejemplo
Y sin dudas Rita Moya es el mejor ejemplo de lo anterior. A sus 36 años lleva 11 temporadas inmersa entre cables, acero, empastes, soldaduras y botos con punta de fierro que, según ella, luce con orgullo y hasta coquetería. Claro que para llegar hasta aquí la vuelta fue larga.
“Estudié programación, pero no me gustó mucho, y por amigos llegué a contratista de construcciones. Yo no sabía nada, pero un día me presenté en una constructora donde llegué como asistente contable, donde me llamó la atención el sueldo de los arquitectos y contratistas, así es que me decidí a aprender. No es que los compañeros me afirmaran y me dijeran ‘esto se hace así’. Para nada. Yo aprendí mirando, echando a perder y mejorando”, dice Rita.
Entonces partió como una maestra haciendo lo básico. “Empasté muros y aprendí a pintar, a lijar, a tender los cables eléctricos, hacer mezcla de cemento para radieres, y así. Después fui otras obras e incursioné en dibujo, lo que me llevó a estudiar y titularme como Dibujante Técnico en la Universidad Católica trabajando paralelamente en obras, porque yo picoteaba por aquí y por allá presentándome en las construcciones que hacen en las villas. No me di cuenta cuando ya estaba enamorada de la construcción, desde mi primera obra solitaria con una pieza de 6×3 hasta la última obra donde bajo mi dirección hice un galpón de fierro de 200 metros cuadrados”, recuerda la hoy experta constructora.
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La capacitación es el camino
Madre separada y orgullo de sus hijos Juan (19 años) y Alejandro (13 años), Rita les deja un mensaje claro a las mujeres que quieran surgir en este mundo: “Para mí la clave fue estudiar y aprender con profesionales, por eso siempre fui y aún lo hago, a cada feria de la construcción que se hace, y cada curso que ofrece el sistema. Es el único camino para poder destacar. Es esencial que cada vez más mujeres se especialicen en el oficio y puedan acceder a capacitaciones que les permitan perfeccionar su técnica. Es así como en diferentes instancias pueden adquirir contenidos técnicos y certificaciones que acreditarán sus conocimientos”.
Un punto que corrobora Trinidad Bargsted: “Cada vez la presencia de maestras en nuestras ferias es mayor. Este año, por ejemplo, en la Gran Feria de Capacitación para Especialistas de la Construcción duplicamos la preinscripción de mujeres en relación a 2018, lo que nos demuestra el alto interés que tienen por participar, desafiando los espacios que tradicionalmente se creían reservados para hombres”.
Por eso, vale el dato: el encuentro parte este jueves el 14 y finaliza el sábado 16 de marzo en la Estación Mapocho, con entrada gratuita para todos. En el lugar, los asistentes podrán acceder a 300 capacitaciones en diferentes oficios. Además, si juntan cuatro cursos de la misma especialidad, podrán acceder a una certificación entregada por la Universidad Santo Tomás, acreditando su conocimiento y capacitación.
El evento, además, coincide con la celebración del Día Nacional del Maestro y la festividad de San José Obrero, y su gran objetivo es formar mejores manos para Chile a través de cursos, becas, visitas a fábrica, e-learnning, y diversas capacitaciones que realizarán prestigiadas instituciones.
«Yo no me lo voy a perder», dice Rita a manera de remate, dejando para el final su última sorpresa: «Ahora estudio Arquitectura y ya voy en mi tercer año».