Este martes el presidente Donald Trump recibirá en la Casa Blanca a su homólogo brasileño Jair Bolsonaro, en una especie de crossover inédito que reúne a los mandatarios más polémicos y similares de las dos grandes potencias de América.
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Bolsonaro, que asumió el cargo el 1 de enero, es un ex capitán del Ejército con posturas de ultraderecha. A menudo ha expresado su admiración por Trump y ha dicho que planea emular varias políticas del presidente estadounidense, inclusive, durante la campaña presidencial fue apodado como el “Trump brasileño” por su sintonía ideológica.
Ambos gobernadores son defensores del uso civil de las armas, son fervientes usuarios de redes sociales, nacionalistas, dicen lo que piensan sin filtros y han tenido una relación conflictiva con los medios, tanto el presidente brasileño como el estadounidense tienden a otorgar entrevistas a los que no son críticos con sus administraciones.
Durante esta primera cita bilateral de Bolsonaro en el extranjero, el ex militar mantendrá una “reunión privada” con Trump el mañana en el Salón Oval.
La oportunidad de Brasil
Pero más allá de la expectación que genera esta cita, debido a la personalidad de sus protagonistas, la reunión bilateral significa una gran oportunidad para Brasil, que busca pasar de una relación cordial a algo más.
Según evidenció la residencia presidencial estadounidense, los jefes de Estado se reunirán para conversar sobre el comercio, la cooperación militar, el crimen transnacional y otras cuestiones.
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Se espera que Bolsonaro intente convencer a Trump sobre el ingreso del gigante sudamericano en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una pretensión de brasileña que encuentra fuerte resistencia dentro del gobierno de EEUU, que tiene cuestionamientos sobre la gobernanza de Brasil, de acuerdo con expertos citados por Folha de Sao Paulo.
Uno de los temas que está sobre la mesa y que genera tensión es la posibilidad de que el gobierno de Bolsonaro otorgue salvaguardias tecnológicas para que Estados Unidos pueda usar la base de lanzamiento de satélites de Alcántara, escenario que sectores nacionalistas brasileños ven como un riesgo de pérdida de soberanía.
Además, se espera que ambos líderes conversen respecto a una nueva estrategia a utilizar para redoblar la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro y restaurar la democracia en Venezuela.
Está previsto que después del su viaje a EEUU, entre el 17 y 20 de marzo, Bolsonaro visite Chile para reunirse con el Presidente Sebastián Piñera y luego emprenda rumbo a Israel.