Luego del revuelo que causaron las declaraciones del sacerdote Tito Rivera en su defensa a la acusación de violación en la Catedral, el religioso nuevamente salió con todo a defender su postura y aprovechó de irse con todo, acusando montaje y abandono de su Iglesia.
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La mañana de este lunes, a través de una declaración pública, Rivera afirmó que la demanda contra él era «un montaje». Aseguró, además, que el hombre que lo acusa de haberlo violado en uno de los dormitorios de la Catedral “parece gozar con las fantasías sexuales» que relata.
«La forma en que el señor Rojas ha llevado su denuncia, querella y demanda de indemnización de prejuicios, más me parece un montaje con fines de lucro ilegítimo», lanzó el sacerdote, agregando que «se afirmó también que yo tenía la costumbre de subir acólitos al dormitorio. Daré prueba fehaciente de que siempre he respetado a estos jóvenes a los que tan livianamente, con la finalidad de incriminarme, se les mansilla».
También dice que «constata el abandono de quienes creí mi familia religiosa», en alusión al comunicado que emitió el arzobispado luego de sus declaraciones donde dijo que al menos la mitad de los sacerdotes eran homosexuales. Rivera afirmó que «todos los antecedentes con los que cuento, los daré durante una declaración en fiscalía».
Eso sí, no solo dijo tener antecedentes del delito que se le adjudica, sino que «con los demás que he podido constatar». Siempre en tono crítico contra su propio círculo religioso, agregó que no solo deberían hablar sobre las cifras de homosexualidad en sacerdotes, sino que deberían hacer hincapié en el número de «pedófilos y dilapidadores de niños. Ellos sí cometen crímenes y son un peligro para la sociedad».