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Los Boeing 737 Max se podrían haber salvado: medidas de seguridad ya existían y eran “opcionales”

La compañía aeronáutica vende los sensores e indicadores como “extras” y ninguna autoridad los exige de manera obligatoria.

Luego del desastre ocurrido con con dos aviones Boeing 737 Max 8 en Indonesia y Etiopía en menos de seis meses, las autoridades aeronáuticas de todo el mundo ya tomaron cartas en el asunto.

Decenas de aerolíneas que utilizan el popular avión en sus flotillas han decidido bajar el modelo del aire, mientras se realizan diversas investigaciones sobre el por qué de ambos accidentes, que cobraron la vida de al menos 300 personas.

Sin embargo, según un reportaje del New York Times, los pilotos de Ethiopian Airlines y Lion Air podrían haber salvado a sus respectivos pasajeros: los sistemas de seguridad necesarios en ambos vuelos ya existen y son opcionales, y ninguna regulación aeronáutica los exige de manera obligatoria.

El negocio de Boeing

Para Boeing, como todo el resto de fabricantes de aeronaves, los complementos opcionales a un avión suelen ser bastante lucrativos.

Hay aditamentos que mejoran el rendimiento, como un factor de forma más delgado; otros son características de lujo como bares, baños más amplios o incluso suites privadas.

Por otro lado, uno no esperaría que los sistemas de seguridad de un avión sean opcionales: en particular lo que respecta a comunicación y navegación, parte importante del despegue, aterrizaje y operación. Lo importante es que muchas aerolíneas de tipo low-cost, como la propia Lion Air en Indonesia, optan por no comprar estas medidas de seguridad.

Para muestra, un botón: Boeing cobra una tarifa extra por extintores de emergencia en la cabina de carga, una medida de seguridad que no es obligatoria para la F.A.A., el ente regulatorio aeronáutico estadounidense.

Los sensores que faltaron

Dos sistemas opcionales de seguridad podrían haber salvado a ambos vuelos: el sensor de ángulo de ataque y la luz de discrepancia.

Lo que sabemos de ambos accidentes con el 737 es que el MCAS, un sistema de seguridad que regula la posición del avión si cree que va a alcanzar un ángulo crítico y calar, fue lo que falló y provocó ambos accidentes.

El sensor de ángulo de ataque es un dispositivo que ayuda precisamente con ese problema: determina si la nariz del avión está apuntando hacia arriba o hacia abajo relativo al aire que se aproxima, lo que entrega una mejor lectura que el MCAS.

La luz de discrepancia es el punto de encuentro entre ambos sensores ya que muestra la lectura de ambos y se enciende si existe una discrepancia. Para los pilotos, obviar los claros errores del MCAS con una lectura correcta podría haber evitado la tragedia.

Una luz para el Boeing 737 Max

Boeing anunció que actualizará el software del MCAS que falló en ambos vuelos, y hará que la luz de discrepancia sea obligatoria en todos los 737 Max nuevos. No obstante, el indicador de ángulo de ataque seguirá siendo opcional.

La consecuencia es que esta medida -crítica en algunos casos- seguirá generando ganancias para Boeing, y muchas aerolíneas decidirán no agregarlo a sus aviones, incluso aunque el precio sea marginal comparado con otras mejoras.

 

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