Este jueves el ex presidente de Brasil, Michel Temer, se convirtió ene l segundo ex mandatario brasileño en caer a la cárcel en el marco del caso de corrupción Lava Jato (autolavado).
PUBLICIDAD
«Michel Temer es el líder de la organización criminal a la que me referí, y el principal responsable de los actos de corrupción aquí descritos», indicó el juez Marcelo Bretas en la sentencia.
El ex mandatario tiene diez procesos en su contra, cinco tramitadas en el Supremo Tribunal Federal, debido a que cuando fue acusado tenía la inmunidad presidencial, y cinco en el tribunal normal debido a que fueron procesadas en 2019, cuando Jair Bolsonaro había tomado el mando del país.
En dos ocasiones la fiscalía había pedido a la Corte Suprema la apertura de juicios por corrupción cuando Temer era jefe de Estado, sin embargo, el Congreso bloqueó el procedimiento.
El caso que lo hizo caer
Tras zafar en varias oportunidades, finalmente el juez Marcelo Breitas emitió la orden de encarcelar al ex presidente Temer por la investigación de supuestas irregularidades en contratos con Eletronuclear, la empresa estatal que maneja las plantas nucleares del país.
La denuncia fue realizada en 2017 por Lucio Funaro en 2017, un ex operador del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), partido liderado por el ex presidente encarcelado. Funaro involucró a Temer en una red de pago de sobornos.
Posteriormente, el propietario de la empresa Engevix, José Antunes Sobrinho, aceptó colaborar con la justicia y delatar a sus cómplices.
PUBLICIDAD
El empresario aseguró que pagó sobornos, a favor de MDB, para adjudicarse uno de los contratos de la construcción de la central nuclear Angra 3.
El coronel de la reserva Joao Baptista Lima Filho, amigo muy cercano de Temer, y el entonces ministro Wellington Moreira Franco (Minas y Energía) lo instaron entre 2013 y 2014 a realizar donaciones al MDB.
Una fuente con acceso a las investigaciones declaró a Folha de Sao Paulo que el propietario de Engevix aseguró que pagó a Lima más de 260 dólares (un equivalente a 174.753.767 pesos chilenos) para la campaña de Temer del 2014.
Todos estos contratos fueron firmados por Michel Temer en 2016, cuando ya había asumido la presidencia de Brasil tras el impeachment que sacó al poder de Dilma Rousseff.
Antunes también aseguró que Temer estaba al tanto de las operaciones ilegales y que inclusive concretó reuniones personales con él.
El método
La estatal Electronuclear y Argeplan, empresa de la que Lima es socio y que la Procuraduría General de la República sostiene que pertenece en realidad a Temer, en sociedad con AF Consult, participaron juntas de un contrato por m´s de 42.600.000 dólares (28.348.303.665 de pesos chilenos) para realizar las obras de Angra 3.
Engevix conseguiría su tajada producto del soborno al participar como empresa subcontratada. Los contratos de fachada para las coimas habrían sido realizados con Agreplan.
Según Antunes, el monto del soborno sería devuelto a Engevix para no «contaminar» a Temer con las investigaciones, no obstante, Lima nunca realizó la devolución.
«El denunciado se habría valido ampliamente de sus cargos públicos, a lo largo de más de 20 años para conceder beneficios indebidos a empresas del sector portuario, a cambio de un flujo constante de pago de tasas», señaló Luís Roberto Barroso, ministro del Supremo Tribunal de Justicia, quien negoció el testimonio de Antunes.