Fue en junio del año pasado, cuando vimos como el país comenzó a enfrentar una seguidilla de cierres de fabricas. Maersk Container Industry, fue una de las primeras en dejar de producir contenedores en San Antonio, obteniendo como resultado el despido de más de 1200 personas. Dentro de las razones de su cierre, la empresa de contenedores afirmó que se debía a las condiciones del mercado, la sobreproducción de contenedores en el mundo y la dificultad para conseguir proveedores de insumos en la región, lo que se debía a que el 90% de los materiales para fabricar los containers, tenían que importarse a Chile.
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Pocos días después, supimos la noticia que la constructora Cial, cerraría la compañía tras 38 años de funcionamiento, dejando a 1200 personas cesantes en La Araucanía. Desde la empresa, informaron que no tenían recursos para seguir pagándole a sus trabajadores, contratistas y proveedores.
Otra noticia, que había sido informada en junio (para realizar la venta de su último stock), pero que finalmente se llevó a cabo en agosto, fue el cierre de Pasta Suazo en Curicó, tras 80 años de funcionamiento. Esto ocurrió, luego que la empresa se acogiera a la ley de quiebra y realizará una venta final para cancelar los finiquitos correspondientes.
En julio, Iansa anunció el cierre de su sucursal en Linares, pese que el gobierno le pidiera la postergación de dicho cierre, por 2 años. En aquella ocasión, los trabajadores de la planta salieron a cortar la carretera, haciendo un llamado al Presidente a intervenir en ese cierre, pues la Región del Maule, había sido una de las regiones de las que más recibió apoyo en las eleciones. Como resultado, quedaron cerca de 4.000 personas sin trabajo.
La grifería Nibsa sería la siguiente. A fines de agosto, cerró su planta en San Joaquín tras 73 años de funcionamiento, dejando a 130 personas sin su fuente laboral.
Fue hasta noviembre del 2018, que apareció un nuevo cierre. La empresa Albano, cerró su fabrica, tras 43 años de funcionamiento en Concepción. Dentro de las causas de este cierre, la empresa informó que se debía a la irrupción del producto asiático, desde hace 10 años.
En la misma línea, Guante (dueña desde 2011 de Gacel), cerró su planta recientemente, dejando a 283 personas sin trabajo. ¿Las razones? Lo difícil que es fabricar zapatos en Chile, dada la diferencia de costos con productores de otros países, según informó la empresa.
Es en este contexto, que la noticia de Monarch parece tan alentadora, anunciando la apertura de una nueva planta que abrirá 400 puestos de trabajo, pero a no olvidar las miles de personas que se han quedado sin su fuente laboral en el último tiempo.