«La reclamación de las víctimas de Arica es simplemente demasiado antigua». Esa fue la breve pero contundente lectura del fallo de la Corte de Apelaciones sueca contra las víctimas chilenas que acusan a una minera de ese país por intoxicación con arsénico.
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El lío comenzó, según se estima, en 1984, año en que la empresa nacional Promel comenzó a importar desde Suecia desechos industriales de la compañía Boliden, y que finalmente resultaron conteniendo mercurio, arsénico y plomo.
Las más de 20 mil toneladas de desechos jamás fueron procesados y terminaron abandonado a la intemperie, a pocos metros de conjuntos habitacionales. Desde 2017, son 769 chilenos los que demandaron a la minera Boliden por la negligencia, pero hoy recibieron un duro portazo.
La causa chilena la llevó el abogado sueco Johan Öberg. Pedían 100 millones de coronas sueca como indemnización contra Boliden -poco más de 12 millones de dólares- pero la corte del distrito de Skelleftea se las negó en marzo. El tribunal aplicó la ley chilena en ese entonces, y a pesar de que comprobó que víctimas chilenas sí se intoxicaron con arsénico, desestimó que la minera haya tenido posibilidades de prever las consecuencias desde Europa.
Y hoy la Corte de Apelaciones hizo lo mismo. Esta vez, el presidente de la Corte Erik Sundström señaló que la reclamación «es simplemente demasiado antigua». Pasa que las leyes suecas una demanda prescribe luego de 10 años y en los casos por daño, luego de 10 años desde que se produjo el hecho.
«Estamos muy decepcionados. El Tribunal realmente ha tomado la salida más fácil. Es una decepción monumental que uno haya tratado asuntos legales, pero solo el Tribunal de Apelación considera que la ley sueca debe aplicarse y que los requisitos están prescritos. No abordan la negligencia de Boliden y las lesiones que han surgido. Es extremadamente triste», dijo Öberg, abogado de las víctimas de Arica, al salir de la audiencia.
Además de perder el fallo, los 769 chilenos deberán pagar sus costos legales y los de la minera Boliden, que ascienden aproximadamente a los 3.7 millones de corones suecas (o casi 400 mil dólares), según detalló el abogado.