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Iglesia comienza a pagar “sus pecados”: el fallo histórico que la condenó por negligente con sus víctimas

Mientras al Arzobispado lo enlodan los casos de LaPlagne, Rivera, Muñoz Toledo y Karadima, deberá desembolsar $300 millones a víctimas por su actuar ante las acusaciones.

(CRISTOBAL VENEGAS/ATON CHILE/CRISTOBAL VENEGAS/ATON CHILE)

La Iglesia chilena ha supuesto mucho derroche de energías por parte del Vaticano. Desde las acusaciones por encubrimiento, acompañadas de la lluvia de denuncias por violación de varios de sacerdotes más connotados, la convierten en la única institución eclesiástica nacional donde un tercio de sus diócesis están intervenidas por el Papa.

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Sin embargo, el fallo de ayer de la Corte, donde obliga al Arzobispado de Santiago a pagar a las víctimas de Fernando Karadima por su negligente actuar en las acusaciones de violación, marcan un precedente donde al fin la Iglesia está «pagando por sus pecados». Al menos en la Justicia.

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Se trata de $100 millones que deberá pagar el Arzobispado a cada una de las víctimas que llevan la demanda del caso: José Murillo, James Hamilton y Juan Carlos Cruz. En total, $300 millones que la Iglesia decidió pagar sin chistar, ya que emitieron un comunicado aclarando que acatarán el fallo.

«Marca un paso importante en nuestro proceso de reestablecer la justicia y la confianza en nuestra Iglesia de Santiago, porque apunta directamente a las falencias que tuvimos en este caso», dice el comunicado, que delata como pocas veces la autocrítica dentro de la institución religiosa.

Y claro, el hecho llega en el peor momento: demanda de violación contra el sacerdote Tito Rivera dentro de la Catedral, que era un cercano al removido cardenal Ricardo Ezzati, y que está en medio de un juicio por encubrimiento. En el escenario también están de por medio las causas del sacerdote Jorge LaPlagne y el ex canciller de la Iglesia Óscar Muñoz. Escenario de miedo en que la Iglesia está obligada, a través del nuevo mando de Celestino Aós, a enmendar.

Hamilton y Murillo, junto a Cruz vía videoconferencia, celebraron el fallo de la Corte como un hito. «Hoy el Estado deja claro que todas las instituciones son garantes y deben responder a los ciudadanos», señaló , agregando que el fallo «marca un precedente para que otras víctimas se atrevan a denunciar no solo al violador, sino que también a la institución que no los resguardó».

¿Llegó la Iglesia a su crespúsculo? Alejandro Álvarez, abogado canonista y miembro de Voces Católicas, señala que la decisión de no apelar desde la administración apostólica de Celestino Aós marca un cambio en la Iglesia.

«Esto denota el cambio de mano, marca el cuidado especial con las víctimas. La jerarquía no veía la verdad. Tanto fue así que incluso el  Papa cometió el error de pensar que la Iglesia chilena estaba de frente a la realidad. Sin embargo, aunque se piense lo contrario, mientras más administraciones apostólicas haya en Chile, mejor será. Todas podrán ir en la misma línea», cree el especialista en temas de la Iglesia.

En esa línea, Hamilton señaló anoche que «queda camino por recorrer (…) Yo confío en la justicia, no siempre en los que la ejercen. Ha sido el ciudadano el que ha forzado a la justicia eclesial y la justicia del estado, sin embargo, este fallo deja precedente. Las víctimas podrán demandar también a la institución que no preste el debido resguardo», señaló, emplazando además a instituciones como empresas privadas y el Ejército.

Ezzati: «Pude haber cometido errores»

No hubo encubrimientos. Eso sigue asegurando el ex cardenal Ricardo Ezzati, quien ayer realizó un recorrido en varios medios de comunicación luego de dejar el mando del Arzobispado.

“En el gobierno que yo ejercí jamás he encubierto nada, todas las denuncias fueron investigadas oportunamente. Sí hay investigaciones más complicadas que otras, pero es un trabajo que el obispo no hace en primera persona, las funciones están distribuidas dentro de las diócesis», dijo el arzobispo emérito.

Cabe recordar que Ezzati perdió la pulseada judicial de su sobreseimiento, y que deberá sentarse en el estrado para defender su actuar en casos de violación que golpean a LaPlagne, Tito Rivera, Muñoz, entre otros.

“Todos los días pido perdón por mis faltas. Pude haber cometido errores y pido perdón (…) pero no han sido de encubrimiento ni errores conscientes, son parte del aprendizaje propio», aseguró.

Por estos días, el otrora mandamás de la iglesia chilena sigue esperando fecha para presentarse en la Fiscalía de Rancagua a declarar. Francisco Javier Errázuriz, el otro cardenal emérito, declarará esta mañana por encubrimiento en la Fiscalía Metroplitana Centro Norte.

 

 

 

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