Un equipo de operaciones especiales de Malta abordó el jueves un petrolero secuestrado por migrantes rescatados en el mar y devolvió el control de la embarcación a su capitán. El barco atracó más tarde en el día en un puerto maltés.
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Personal militar armado hacía guardia en la cubierta del buque, donde estaban también alrededor de una docena de migrantes, cuando el barco atracó en Boiler Wharf, en la ciudad de Senglea. Varias camionetas policiales esperaban en fila para detener a los migrantes para investigar lo ocurrido y cuatro de ellos salieron de la embarcación con grilletes.
Las autoridades de Italia y Malta explicaron el miércoles que el grupo secuestró el petrolero turco El Hiblu 1 tras ser rescatados en el Mar Mediterráneo y que los migrantes obligaron a la tripulación a cambiar el rumbo y dirigirse al norte, hacia Europa, en lugar de a Libia.
El carguero sacó del mar a unas 120 personas antes del incidente, explicó el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, quien describió los hechos como “el primer acto de piratería en alta mar con migrantes” como los supuestos secuestradores. Malta rebajó el número de rescatados a 108 personas.
El primer ministro de Malta, Joseph Muscat, dijo en Twitter que las fuerzas armadas del país llegaron a cabo una “sensible operación en alta mar”.
«No eludimos la responsabilidad pese a nuestro tamaño», agregó comprometiéndose a seguir las leyes internacionales.
La embarcación se dirigía hacia la isla de Lampedusa, en el sur de Italia, y a la isla de Malta cuando las autoridades maltesas la interceptaron.
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Las fuerzas armadas maltesas establecieron comunicación con el capitán cuando el buque estaba todavía a 30 millas náuticas de la costa. El capitán les contó que no tenía el control del barco “varios migrantes lo obligaron y amenazaron a él y a su tripulación para dirigirse a Malta”. Una patrullera impidió que el petrolero entrase a aguas maltesas, agregaron.
El equipo de las fuerzas especiales estuvo respaldado por una patrullera, dos barcos de intercepción rápida y un helicóptero.
Por el momento se desconocía el estado de la tripulación del El Hiblu 1.
Según organizaciones humanitarias, los migrantes son maltratados e incluso torturados en Libia, y han protestado contra el protocolo de devolver a los rescatados en el mar a la caótica nación del norte de África. Por otra parte, tanto Italia como Malta se han negado a abrir sus puertos a las embarcaciones de ONGs que recogen a migrantes en el mar, lo que derivó en numerosos enfrentamientos entre los gobiernos europeos por quién debe hacerse cargo de ellos.
Aunque Salvini calificó el secuestro de acto de piratería, la ONG Sea Watch cuestionó el término alegando que se trató de acciones “en defensa propia contra las letales consecuencias que les impone la inhumana política fronteriza de Europa”.
Mediterranea, una organización privada que opera un barco de rescate y monitorea el trato que ofrecen los gobiernos a los migrantes, pidió compasión para el grupo que secuestró la embarcación y dijo que esperaba que las naciones europeas actúen “en nombre de los derechos fundamentales, recordando que estamos tratando con seres humanos que huyen del infierno”.
La migración masiva a Europa se redujo drásticamente desde 2015, cuando el continente recibió a un millón de refugiados de países de Oriente Medio, Asia y África. La ola de llegadas generó una crisis humanitaria con frecuentes naufragios y los principales puntos de llegada, como Italia y Grecia, con problemas para albergar al gran número de solicitantes de asilo.