Nicolás Maduro se va cada vez más acorralado producto de las prolongadas crisis eléctricas. Si bien el líder chavista continúa culpando a agentes externos de los cortes, de igual manera despidió al ministro de Energía, una forma de actuar que deja más dudas que certezas.
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Las protestas se han tomado en los últimos días la capital y otras ciudades por la severa escasez del suministro de agua y los recurrentes apagones, que han dejado 47 detenidos y han escalado las presiones sobre el régimen.
Este lunes, el régimen aseguró que la crisis eléctrica se produjo por un primer ataque terrorista contra una línea de transmisión y a un incendio ocurrido a raíz de los disparos de “francotiradores con rifles de alto calibre y silenciador” contra los aparatos de la central eléctrica de Guri, que aporta más del 60% del consumo eléctrico del país.
La semana pasada, el mismo Maduro había señalado que «fue un ataque con fusil, seguramente por un francotirador lo que generó un daño que buscaba dejar varias semanas sin luz al país».
Sin embrago, contrario al discurso que había llevado el régimen en los últimos días, este lunes, en un intento por amainar el creciente malestar por el colapso de los servicios públicos, Maduro despidió al ministro de Energía Eléctrica.
El líder chavista anunció la designación como nuevo ministro de Energía Eléctrica a Igor Gaviria, un graduado en ingeniería eléctrica con 25 años de experiencia en el sector que desde 2009 presidía la empresa estatal que administraba el complejo hidroeléctrico del Guri.
Además, aprobó un plan de 30 días de racionamientos eléctricos en todo el país, lo que hace prever que las fallas en los suministros de luz y agua se prolongarán por un mes más.
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El anuncio se produjo horas después de que una nueva falla dejó sin servicio eléctrico a Caracas y al menos dos decenas de estados como parte de una serie de apagones nacionales que se registran a diario en el país desde el 7 de marzo.
Algunas de las principales cámaras empresariales y analistas han advertido que la crisis eléctrica, que se ha prolongado por casi un mes, profundizará la escasez de bienes básicos, la paralización económica y la hiperinflación, lo que deteriorará aún más las precarias condiciones de vida de los venezolanos.
Maduro pidió el domingo a los venezolanos mantener la calma mientras se estabiliza el suministro eléctrico y se restituye el servicio de agua, afectado profundamente por los apagones, luego de que en varios sectores de la capital y en otras ciudades se reportaron numerosas protestas.
Los horarios labores fueron reducidos hasta las 14 en el sector público y privado, particularmente en Caracas, debido a la escasez de autobuses y el riesgo de que muchos queden varados al anochecer si se registran nuevas fallas en el servicio de trenes subterráneo, que trasladan un promedio de tres millones de personas a diario.
El funcionamiento de internet y los teléfonos fijos y móviles es intermitente desde el 25 de marzo en varias regiones del país.