Noticias

Laura y Alicia entre cuatro mil hombres: la historia de las alumnas que rompen la tradición del Instituto Nacional

En medio de la discusión por los cambios estructurales del Instituto Nacional, dos estudiantes trans relatan como de manera silenciosa han podido abrirse camino en un emblemático para poder ser aceptadas y reconocidas como mujeres.

Durante largas semanas el debate sobre colegios monogenérico se ha posicionado en la agenda de autoridades, organizaciones, apoderados y medios de comunicación. El fenómeno es extraño, ya que apenas un 4% de los establecimiento del país mantienen el modelo educativo que separa a hombre de mujeres en la etapa escolar.

El tema ha ganado relevancia en el último tiempo, principalmente, porque son los liceos emblemáticos de Santiago los que se resisten al cambio. Uno de ellos, el Instituto Nacional, colegio que cuenta con más de 200 años sin permitir el ingreso de mujeres a sus aulas, situación que se encuentra actualmente en revisión.

A pesar de la tradición masculina imperante en el establecimiento, cada mañana hay dos nombres que suenan distintos a todos los demás al interior del liceo: Laura y Alicia. Ambas son alumnas del Instituto Nacional, tienen 17 años, están en cuarto medio, son estudiantes trans y aseguran que el colegio “ya es mixto”, sin importar la resolución de la votación.

Alicia es una de las responsables de la visibilización de las estudiantes trans dentro del Instituto. En 2014 ingresó a séptimo básico en liceo emblemático proveniente de un colegio en La Reina, en el cual sufrió discriminación y bullying por su homosexualidad. Allí la enviaron en más de una oportunidad al psicólogo por conductas que, a ojos de los profesores, parecían inaceptables.

“Yo tenía sospechas de mi identidad de género, pero fue en 2017 el año de más cambios”, relata la estudiante a Publimetro. Ese año organizó una charla en el Nacional con el apoyo de la Fundación Transitar. “Ese mismo día tomé el micrófono durante el evento y frente a 300 compañeros que ni siquiera conocía asumí mi identidad”.

La conferencia sobre transexualidad fue suficiente para que Laura se acercara a Alicia buscando apoyo y confianza en su camino de aceptación. «Ella me sirvió como guía para descubrirme a mi misma”, relata Laura, quien cursó un año en el Internado Nacional Barros Arana antes de ingresar al Instituto Nacional.

“Una vez dentro del Instituto Nacional en 2017 no sabía en quién confiar ni con quien hablar sobre el tema. Fue a fines del 2016 que comencé a sospechar quién era pero no le di importancia”. La estudiante trans comenta que no ha sufrido bullying por parte de sus compañeros, o que al menos no lo ha notado, y que poco le importa lo que tengan que opinar los demás.

Este año, ambas estudiantes han logrado avances significativos en su experiencia de ser alumnas en un colegio solamente de varones. A partir del 2018 les permitieron, gracias al apoyo de compañeros y el encargado de convivencia escolar, usar su nombre social en el libro de clases, utilizar un uniforme distinto, el cual se compone de una blusa y pantalón azul marino, y la adaptación de un baño exclusivo para ellas.

Alicia sostiene que ellas no son las únicas mujeres de la institución. «Hay mas alumnas trans pero es difícil poder identificar porque somos un grupo que ha estado en las sombras durante largo tiempo».

Sobre el actual proceso de cambio que enfrenta el colegio, las estudiantes tienen una visión crítica sobre la transición a establecimiento mixto. “ Hay muchas actitudes machistas que deben cambiar antes de integrar niñas, actualmente este no es un lugar seguro para ellas, no están dadas las condiciones. Debe haber un proceso mucho mayor de cambio para poder recibirlas”.

Los aires de reorganización en el Instituto Nacional soplaron con fuerza en el inicio de este año escolar. La consulta por el cambio generó debates y opiniones encontradas pero nadie reparó en un hecho innegable: la refundación del instituto llegó hace un tiempo de la mano de las alumnas trans.

Tags

Lo Último


Te recomendamos