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Empresario de la “fábrica del terror” a prisión: los escabrosos detalles que surgieron en la reformalización de Hugo Larrosa

El argentino quedó en prisión por considerarse un peligro para la sociedad y que potencialmente podría darse a la fuga. Larrosa arriesga penas de cárcel efectiva.

Tras varios días desde que un reportaje en TVN destapara la polémica «fábrica del terror», el empresario argentino Hugo Larrosa, acusado de torturas, vejámenes y abuso sexual, debió someterse a control de detención y reformalización en el Tribunal de Colina.

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Su detención se realizó ayer, y se propició luego de que la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI recibiera una orden de la Fiscalía Centro Norte para la captura de Larrosa, producto de una denuncia de abuso sexual en 2017.

Luego de pasar de su domicilio en Chicureo a dependencias de la Brisexme de la PDI, en la mañana de este sábado Larrosa debió sentarse en el banquillo a escuchar sus querellas por parte de una víctima, el Ministerio Público, el Ministerio del Interior y la CUT. Cabe recordar que ayer, la CUT acudió a las afueras de la fábrica de Larrosa en Colina para realizar una funa.

 

Los detalles

Una vez en el estrado, los detalles que entregó la parte querellante para justificar la presión preventiva fueron escabrosos. De los 16 videos que están en poder de la Justicia, y donde se observa claramente a Larrosa como autor de las torturas a la víctima que lo denunció en 2017, el Ministerio Público dio a conocer que además existe otro disco duro con al menos 80 gigabytes en videos de más torturas, vejámenes y violaciones.

Además, la parte querellante entregó otro detalle no menor: tanto la esposa de Larrosa como un sobrino de él, habrían presenciado las torturas a trabajadores, en especial a la víctima denunciante, y habrían participado grabando los vejámenes, según relataron testigos en la causa.

Además de los golpes de puño, patadas, palmadas y azotes con cinturón, los hechos más impactantes dicen relación con los abusos sexuales. La víctima, según relataron los abogados querellantes, contó que fue desnudado en varias oportunidades. Allí, Larrosa insistentemente trataba de besarlo en la boca, lo golpeaba en el trasero, apretaba sus testículos, le hacía tocaciones genitales e incluso le introdujo un plumón en su ano en tres ocasiones.

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También lo humilló sistemáticamente: los abusos eran en privado y también en presencia de grupos de trabajadores. Incluso, en varias ocasiones introdujo a la víctima en un basurero, lo desnudó y envolvió en cinta adhesiva, y usó alicates para arrancar el vello del trasero de la víctima.

Por si fuera poco, en el día de cumpleaños de la víctima, Larrosa lo habría invitado a su oficina para supuestamente hacerle una fiesta. Acto seguido, obligó a otros trabajadores a desnudarlo, cerró la puerta y lo hizo correr por la oficina mientras lo golpeaba con la hebilla del cinturón. Allí la víctima relató que incluso terminó orinándose.

Cabe decir que luego de renunciar a la fábrica y denunciar a Larrosa, terminó en tratamiento psiquiátrico y su médico le diagnosticó estrés post traumático.

Todos esos hechos están confirmados en el relato de otro testigo, que leyó la parte querellante. El testimonio habla de «abuso de poder extremo, incluso junto a otros trabajadores». El testigo señaló que los abusos también los sufrían los demás trabajadores, ya sea «combos en los brazos, patadas en el trasero, palmadas en la cabeza, agresiones verbales y amenazas reiteradas de despido si los empleados no cumplían sus órdenes.

El testigo señaló que grabó las torturas contra la víctima porque el propio Larrosa lo obligó a hacerlo, amenaza de despido mediante si no lo hacía. «Graba hijo de puta si no quieres quedar sin pega», le decía Larrosa. Además dijo que también recibió abusos similares, pero optó por no denunciar ya que no quería más problemas y además ya estaba buscando dejar la fábrica.

Las torturas serían avaladas por al menos 5 testigos, y los querellantes señalaron que se configuran al menos dos delitos: abuso sexual a mayor de 14 años y abuso sexual agravado, ambos como delitos consumados y con Larrosa como autor.

Fachada de la empresa de alimentos Don Hugo, en Colina. (KARIN POZO/ATONCHILE/KARIN POZO/ATONCHILE)

Además, el defensor del ministerio del Interior señaló que «Uno podría homologar (el actuar de Larrosa) a los hechos que dicen relación con los actos de tortura. En este caso no es un funcionario público pero se reúnen los dos fines de la tortura: producir dolores, incluso llegando al sangramiento, y que dichos actos anulen la capacidad y voluntad de la víctima».

Recalcaron, además, que en los videos se evidencia que Larrosa «sabía realizar su torturas». Detalle no menor, ya que el empresario de la «fábrica del terror» se desempeñó hace varios años como ex oficial de policía en Argentina.

Otra de las razones para pedir su presión preventiva, era que el empresario argentino tiene empresas en su propio país, Uruguay y Ecuador, además de Chile.

Luego de escuchar los antecedentes, la jueza del Tribunal de Colina decretó que Larrosa implicaba «un peligro para la sociedad» y que los antecedentes en la reformalización implicaban un «peligro de fuga inminente». Según dijo la magistrada, la investigación «a priori, podría arriesgar penas de cárcel efectiva» para Larrosa.

Tras eso, se ordenó la prisión preventiva en Santiago 1.

Eso sí, el Tribunal rechazó la petición del Ministerio Público para allanar tanto la fábrica como el hogar de Larrosa en busca de nuevos registros de las torturas.

 

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