La orden de los Legionarios de Cristo informó esta mañana que la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano condenó a John O’Reilly a la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal por diez años por abuso sexual a menor de edad.
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Además, le impuso la obligación perpetua de fijar residencia fuera de América Latina y la prohibición perpetua de contacto voluntario con menores de edad. También deberá recibir acompañamiento psicológico y espiritual. La sentencia concluye con la mención del derecho de apelación.
Al repecto, la Congregación de los Legionaros de Cristo informó que John O’Reilly está viendo con su abogado la sentencia, «que ha recibido hoy con fe y con confianza en las autoridades de la Iglesia».
«Como Congregación, estos hechos nos provocan profundo dolor y volvemos a pedir perdón por el sufrimiento causado. Conscientes del compromiso que tenemos como Iglesia, y por nuestra historia institucional, estamos firmemente comprometidos con el cuidado y la protección de cada uno de los niños y jóvenes que participan en nuestras actividades», añadió la orden en una nota.
«Desde 2015, hemos implementado una exigente Política de Ambientes Seguros que consta de medidas integradas de prevención, formación continua, códigos de conducta y protocolos de actuación inmediata en el caso de denuncias, entre otras«, agregó.
«A toda persona que haya sufrido un abuso por parte de un legionario de Cristo o de alguna persona en nuestras obras le invitamos a denunciarlo a las autoridades competentes y también a través de nuestros canales de escucha y denuncia», indicó.
«Sabemos que cualquier abuso causa un dolor profundo y daña a quien lo ha sufrido, a su familia, a la Iglesia y a la sociedad: queremos conocer los hechos, escuchar su historia y recorrer juntos un camino de sanación y reconciliación», enfatizó.
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John O’Reilly nació en Irlanda en 1946, ingresó en el noviciado de la Congregación en 1965. Fue ordenado sacerdote en 1975 y trabajó en Chile a partir de 1984.
En 2014, un tribunal penal de Santiago de Chile lo encontró culpable de abuso sexual contra una persona menor de edad. La sentencia estableció una pena de cuatro años de libertad vigilada que concluyó formalmente el 10 de diciembre 2018. Una vez cumplida la pena civil, se trasladó a Roma donde reside actualmente.