Esteros sin caudal, napas subterráneas secas, agricultores sin agua y el río Peuco al mínimo, son parte dela realidad que viven los habitantes de cuatro localidades de la comuna de Paine, quienes acusan derechamente usurpación empresarial de agua. Los culpables, según ellos, son dos: la Hacienda Chada y la Viña Pérez Cruz, de la familia del polémico presidente de Gasco Matías Pérez, quien se hizo conocido por el escándalo en el lago Ranco.
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Se trata de Chada, Culitrín, Las Turbinas y Cardonal Bajo, localidades que este lunes fueron recibidas por la Comisión de Salud y Medio Ambiente del Senado para plantear su queja. «En este momento son más de 60 agricultores pequeños que se ven amenazados por la falta de agua y ya presentaron pérdidas este año. En realidad afecta a todos los habitantes», dice Gerardo Cabezas, jefe de la junta de vecinos de Chada.
En Chada y Las Turbinas, el dirigente local acusa que el viñedo Pérez Cruz compró un fundo de 1470 hectáreas, de las cuales habría talado 800 hectáreas de bosque nativo, destinó otras 300 a plantaciones y creó un embalse de 15 hectáreas para recolectar agua. «El estanque es más del doble del que tiene Chada, que riega cuatro localidades. Es un despropósito», dice Cabezas.
Los locatarios acusan que el río Peuco estaría siendo sobreexplotado por la Viña Pérez Cruz, con un desvío que da a sus plantaciones y que prácticamente deja sin caudal a los habitantes de Chada.
Por su parte, los locatarios acusan a la Hacienda Chada de usurpar el agua que viene de napas subterráneas y del canal Culitrín. «Pusieron una compuerta fija en el canal para recolectar el agua desde cañerías. Además de eso, construyeron un megapozo de 200 metros, y se están llevando el agua subterránea a 3,5 kilómetros hacia la cordillera», explica Cabezas.
Dicho pozo habría entrado en funcionamiento el 12 de enero de este año, según dicen desde la organización, día que quedó marcado por siempre para ellos como el sábado negro de Chada. «Nuestra comuna es el epicentro nacional del abuso del agua», dice una de las consignas del Movimiento por el Agua de Paine.
«Los pozos, norias de regadío, de 20 o 30 metros comenzaron a bajar el nivel y muchos se secaron. El estero Culitrín, que usaba el embalse, debería llegar a Hospital, y también se secó. El nivel del agua potable rural ha bajado demasiado y a los pequeños agricultores ya no les llega. Incluso muchos están usando agua potable para los animales y aves», lamenta la organización.
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El senador Guido Girardi, quien preside la comisión, se cuadró con los locatarios. «En Chada son pequeños agricultores que viven de eso y otras grandes empresas han hecho pozos profundos y se han llevado el agua. Sacan 50 millones de litros por día a lugares distantes. Nosotros queremos desarrollo, pero el costo no puede ser que las personas no tengan agua para tomar», dijo el parlamentario.
Mientras los habitantes temen convertirse en el nuevo Petorca y terminar dependiendo de los camiones aljibes, dicen que recurrirán a reclamos al gobierno y reuniones con parlamentarios mientras las empresas no den su brazo a torcer. «Ojalá tengamos resultados», expresó Cabezas, luego de la reunión con parlamentarios.