Cerca de 30% de la población femenina en el mundo es propensa a sufrir disfunciones del piso pélvico como la incontinencia urinaria, el prolapso genital, la vejiga hiperactiva, incontinencia fecal y dolor pélvico crónico, afectando principalmente a los adultos mayores.
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En Chile se estima que hay cerca de 8 millones de mujeres por lo que, si las cifras mundiales se replican en nuestro país, la población de riesgo podría incluso llegar a 2,4 millones.
Y pese a que las estadísticas apuntan a que estas patologías son más comunes de lo que se cree, muchas de las afectadas suelen guardar silencio en torno a esta materia. ¿Por qué ocurre este fenómeno?
“En Chile se estima que alrededor de un 11% de las mujeres, en algún momento de su vida, tendrá que someterse a una operación de prolapso genital. Es más, alrededor del 50% de los casos de pacientes con prolapso genital también se acompañan de incontinencia urinaria”, explicó Valentín Manríquez, ginecólogo de la Clínica RedSalud Vitacura.
Según el especialista, en el ámbito del dolor pélvico crónico hay cerca de un 2% de la población mundial femenina que padece de síndrome doloroso vesical, y que, por no serdiagnosticada y manejada en forma adecuada y a tiempo, puede generar un gran impacto en la salud y el bienestar de la paciente y su núcleo familiar.
“Una adecuada evaluación deriva en un tratamiento correcto y oportuno que efectivamente permite una mejoría en la calidad de vida de las pacientes. Y para eso se requiere de una atención integral con equipo de múltiples especialistas como ginecólogos, kinesiólogos, urólogos, coloproctólogos, fisiatras, geriatras y especialistas en salud mental”, destacó Manríquez.
El experto en piso pélvico aseguró que es importante que las mujeres que sufren este tipo de problema rompan el silencio, sobre todo considerando el impacto que tendrán a futuro este tipo de patologías, frente a una población adulto mayor que va progresivamente en aumento en Chile.
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Hay que recordar que actualmente hay cerca de 3 millones de personas mayores de 60 años y que la expectativa de vida se empina por los 80 años, versus los 76 años que se proyectaban en el 2000.