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Johanna Hernández vs. Francisco Silva: las contradicciones de los ex amantes sobre el asesinato del profesor Nibaldo

Juntamos las dos declaraciones de los únicos acusados por el brutal homicidio y dejamos patente todas sus contradicciones.

“Si hoy quiero declarar es porque mi conciencia no me deja tranquilo”, aseguró Francisco Silva, imputado por el asesinato de Nibaldo Villegas, quien al inicio de su relato pidió perdón a la familia del profesor y a la de él. Hoy continuó el juicio oral en el Tribunal Oral de lo Penal de Viña del Mar, donde uno de los imputados dio su versión de los hechos.

Francisco Silva en su declaración culpó del asesinato del profesor Nibaldo a su ex amante, Johanna Hernández, pero según el relato de ella, Silva sería el autor material del crimen.

Motivación

El acusado aseguró que luego que el profesor ganara la custodia de la hija que tenían en común con Hernández, ella manifestó que “no le iba a perdonar esa mariconada, que ella por nada en el mundo iba a perder a sus hijos y que Nibaldo iba a conocer quien era ella”. Fue cuando, según el imputado, Johanna le comenzó a pedir que consiguiera un sicario.

Pero Johanna Hernández aseguró ayer en su relato que había sido Silva quien expresó su deseo de eliminar al profesor. “Nibaldo no debería existir, que lo iba hacer desaparecer, pero no le tomé importancia porque este tipo de hombres que nos pegan a nosotras no son capaces de pararse con otro hombre igual” narró Hernández.

Clonazepam

Continuando con su relato, Silva, contó que en agosto “Johana me pidió que le comprara clonazepam. Yo le compré un frasco de 30 comprimidos de dos miligramos cada uno. Amor ya te conseguí lo que me pediste, le dije. Y ella me respondió, ya ‘chanchito’, pero me las podrías moler por favor”.

Mientras que la versión de Hernández fue: “Me pasó (Silva) un frasco con polvo azul (clonazepam) el día de mi cumpleaños y me dijo que luego me daría instrucciones».

La noche

Silva aseguró que cuando la fue a buscar la noche del crimen “le dije que íbamos a las (playa) Docas a pasar la noche. Ella me respondió que, ya ‘chanchito’, pero necesito pasar donde Nibaldo para hablar un tema de la niña”.

Según Hernández, Silva le dijo que: “Mañana este ‘hueón’ va a ir a buscar a tu hija, dile que celebren tu cumpleaños, que estén los dos solos”.

El crimen

Silva narró que “cerca de las 22:30 me pide que la deje donde Nibaldo. La dejo y luego volví al mirador y me quedé dormido. Me despertó un WhatsApp cerca de la 1 de la mañana diciendo que la pase a buscar”. Cuando llegó Hernández “me dice, te ‘acordai’ de los clonazepam que te pedí, te tengo que contar algo. Cité a Nibaldo por mi cumpleaños a una cena romántica. Le di el clonazepam y cuando estaba inconsciente le corte los brazos, porque como no encontramos a nadie decidí hacerlo yo”, dijo Silva.

Pero Hernández aseguró que: Nibaldo me dijo que iba a subir a poner una película. Yo preparaba la malta con huevo y le coloque el polvo del pote. Pasaron 5 minutos y ya no coordinaba. Se quedo dormido, lo acosté en la cama y le mandé una foto a Francisco”. «Llegó con una mochila, un polerón, guantes y me dijo que limpiara todo lo que había tocado», luego fue a la cocina y «sacó unos cuchillos cocineros del lavaplatos». Después de un tiempo Silva baja y dice, según Hernández: “Este ‘hueón’ se despertó y tuve que cortarle el cogote”.“Se escuchaba a Nibaldo quejarse desde el primer piso”, agregó la acusada.

Sin embargo, Silva aseguró que Hernández “dijo que en un arrebato de rabia le había enterrado el cuchillo”. “Chanchita no sé qué hacer”, le respondió Silva. “Ella llorando me dice, ‘chanchito’ tú me has jurado mil veces que no me ibas a dejar sola, que me ibas a apoyar en todo, ayúdame”, contó Silva. Luego de esto, Johanna le indica a Silva que corte el cuello de Nibaldo.“Yo aún bloqueado, enceguecido, enamorado, le saco el cuchillo del pecho y comienzo a cortar” aseguró el imputado.

El cuerpo

Johana al final agregó que Silva arrojó el cuerpo de Nibaldo: «Desde una distancia que deben haber sido como 10 metros».

Silva aseguró que “tomamos rumbo a playa. Llegando se encuentra el cerro y comienza una quebrada muy pronunciada hasta un riachuelo. Johanna me dice que dejemos ahí el cuerpo. Entre los dos tomamos el cuerpo, y lo hicimos rodar por la quebrada”.

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