El viceprimer ministro chino, Liu He, aseguró el sábado que las conversaciones comerciales con Estados Unidos no se han roto, pese a que las negociaciones bilaterales concluyeron la víspera sin acuerdo, horas después de que el presidente Donald Trump aumentó a más del doble los aranceles a importaciones chinas por un valor de 200.000 millones de dólares.
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La televisora de Hong Kong Phoenix TV mostró el sábado a Liu diciendo a los periodistas que el fracaso en alcanzar un acuerdo en la guerra de aranceles con Estados Unidos durante las reuniones del jueves y el viernes en Washington fue sólo «un pequeño revés».
Liu dijo que era cautelosamente optimista. Habló con los periodistas antes de partir de Washington hacia Beijing después de que terminaran las conversaciones, con China insistiendo en que un acuerdo requiere que se eliminen primero los aranceles sobre sus exportaciones.
El viceprimer ministro chino agregó que las dos partes estaban en desacuerdo sobre la cantidad de bienes que China se comprometió a comprar a Estados Unidos para ayudar a equilibrar la balanza comercial y reducir el déficit comercial estadounidense.
El gobierno de Trump aumentó el viernes los impuestos a la importación de miles de millones de dólares en productos chinos del 10% al 25%. La medida escaló las tensiones entre Beijing y Washington, y el ministro de Comercio de China juró tomar las “contramedidas necesarias”, pero no dio detalles.
Arrebato tuitero
Trump afirmó el viernes en Twitter que los aranceles “podrían o no eliminarse, depende de lo que suceda con respecto a futuras negociaciones”.
Un funcionario de la Casa Blanca, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para hablar públicamente del tema, confirmó que las conversaciones habían concluido por el día, pero no dijo cuándo se retomarían.
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El gobierno de Trump escaló la confrontación después que partió la delegación china. El representante comercial norteamericano, Robert Lighthizer, anunció el viernes por la noche que se estaba preparando para aplicar aranceles sobre los 300.000 millones de dólares en importaciones chinas que no han sido objeto de tales impuestos. El gobierno debe permitir comentarios públicos antes de poder aplicar los nuevos gravámenes.
Los aranceles son impuestos pagados por importadores de Estados Unidos que con frecuencia son absorbidos por los clientes y empresas que dependen de componentes importados.
El aumento más reciente impone un arancel 25% sobre un total de 250.000 millones de dólares en bienes importados de China, incluidos 50.000 millones de dólares en importaciones que ya pagaban 25%. Trump dijo que planeaba extender el arancel a todos los productos chinos importados por Estados Unidos.
En represalia al aumento previo de aranceles, Beijing hizo lo propio sobre 110.000 millones de dólares en productos estadounidenses, pero los reguladores se quedan sin opciones de bienes estadounidenses para penalizar debido al desbalance comercial.