Flexibilidad o menos horas. Aún no existe acuerdo entre Gobierno y oposición para modificar la actual jornada laboral de 45 horas semanales. Aunque hay organizaciones que ya tomaron la iniciativa.
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Haciendo noticia nuevamente, Recoleta anunció esta semana que a partir de junio, todos los trabajadores contratados en esa municipalidad tendrán una jornada de 40 horas, mantiendo sus salarios. “No queremos seguir esperando a una discusión legal que pareciera nunca llegar a puerto”, dijo el edil, Daniel Jadue.
Sin embargo hay empresas que ya están aplicando cambios al tradicional modelo. Es el caso de una de las empresas que entró hace algunos años a competir en el mercado de la telefonía móvil.
Se trata de WOM, que ya desde 2015 aplicaron una jornada de 40 horas de trabajo a la semana. De hecho, frente a la contingencia actual, Sandra Díaz, directora de Valor Humano de la compañía, señala que “la discusión de esta iniciativa que ahora recién se está teniendo, nosotros la tuvimos hace tres años”. La ejecutiva detalla que en esta jornada corre para los más de 2 mil colaboradores, tanto en oficinas, como en puntos de ventas.
Otro caso similar es el de GetawayBox, empresa dedicada a «regalar experiencias» y que tiene poco tiempo siete años de existencia. Aquí también aplicaron una jornada de 40 horas, medida que partió como plan piloto, pero que se afianzó hace dos años. En su caso, también han incluido ciertos grados de flexibilidad.
“También tenemos un horario que es flexible, cada uno se hace su horario, de acuerdo a sus metas que se planifican mensualmente o cada 15 días”, explica Olaya Arraztoa, directora de GetawayBox.
Añade que sus trabajadores tampoco tienen sistema de marcado de tarjeta o huella digital, ya que solo operan bajo cumplimiento de los objetivos, por lo que el que termina sus labores se puede ir para la casa.
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Otro caso es el de Kiron, emprendimiento que desarrolla soluciones tecnológicas para personas con movilidad reducida. También tienen una jornada fija de 40 horas y consideran la posiblidad de trabajar desde la casa.
Al respecto Juan Pablo Rodríguez, cofundador de la empresa subraya que “los emprendimientos deben nacer siendo flexibles, ya que se deben ir adaptando rápidamente a los cambios del entorno, pivoteando sus modelos de negocios y generando nuevas formas de ver el mundo. Además, se busca siempre un ganar-ganar, en el que los trabajadores se sientan felices de ir a trabajar y que se refleje en su esfuerzo por sacar a la empresa adelante”.
Factor generacional clave
Si hay algo que tienen en común estas tres empresas es el tema generacional. Una empresa que lleva poco tiempo en el mercado de los celulares, una pyme y un emprendimiento. A su vez, comparten que sus trabajadores, en promedio, tienen entre 31 y 37 años, lo que corresponde a la generación millennial.
“Es cierto que la mayoría de las empresas ‘jóvenes’ o creadas en esta nueva era, parten desde sus inicios con una cultura flexible. Generalmente coincide con que sus fundadores son emprendedores jóvenes, que han realizado alguna experiencia laboral en el exterior o en multinacionales donde ya se aplican desde hace algunos años este tipo de jornadas”, explica Sebastián Lassalle, international account manager de Adecco Chile, consultora de recursos humanos.
El especialista destaca que cambiar el chip en las empresas más tradicionales es un tema cultural. “Empresas norteamericanas o europeas vienen trabajando en jornadas flexibles desde hace algunos años”, subraya.
De hecho, la directora de GetawayBox cuenta que los socios de esta empresa “quisieron replicar el sistema europeo y se planificó en una primera instancia hacer algo de seis meses y como ha funcionado tan bien que se decidió seguir con la política”.
Pese a que puede ser un tema generacional, Rodríguez afirma que “no es tan relevante la edad, mientras exista un compromiso tanto de trabajadores como de empleadores por hacer que los empleos mejoren en su calidad, pero que se acompañe de una óptima productividad de la empresa”.
Asimismo, la ejecutiva de WOM resalta que la adopción de nuevos modelos laborales tiene que ver con que las empresas sean capaces de leer correctamente las necesidades de sus colaboradores. “Esto quiere decir ir mucho más allá de lo que ley va exigiendo, sino que ser proactivos”, acota.
Y para el empleador que le cueste adaptarse, Lassalle afirma que va a tener que hacerlo si quiere tener a los mejores. Las empresas que busquen atraer a los mejores talentos, necesariamente deberán adaptarse a sus demandas. El cambio ya está sucediendo, y las empresas que sobrevivan serán las que mejor se adapten a los cambios”, sentencia.