El portaaviones estadounidense USS Abrahm Lincoln (CVN-72) se acerca cada día más al Golfo Pérsico. El buque que fue enviado a comienzo de mayo, para dar un mensaje «claro e inequívoco» a Irán, se encuentra a poco más de 1.000 kilómetros de la puerta de entrada al golfo, el Estrecho de Ormuz.
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El régimen persa ya amenaza con bloquear la pasada al golfo, luego de la serie de conflictos que han habido entre Washintong y Teherán. Entre ellos, uno que profundizó las tensiones, fue la salida del acuerdo nuclear en el que se encontraban ambos países. En ese momento el presidente Trump habría justificado la salida con reportes de inteligencia que indicaban que Irán tendría intenciones de utilizar a sus milicias en la región, para atacar los intereses de EEUU.
Durante esta semana las tensiones aumentaron, luego que cuatro buques petroleros de Arabia Saudita resultaras saboteados en el Golfo Pérsico y que dos estaciones de bombeo de petróleo (que sirven de oleoducto entre la región y el mar rojo), del mismo país, fueran atacadas por los rebeldes hutíes en Yemen, apoyados por Irán.
Como si fuera poco, el miércoles pasado, EEUU ordenó el retiro de todo el personal que no fuera indispensable en sus bases y oficinas diplomáticas en Irak, por considerarlo una zona peligrosa, en donde se podría ocurrir algún conflicto armado.
En el Golfo Pérsico, ya se encuentra el buque de asalto anfibio USS Kearsarge (LHD-3), el que está en la zona, también como una demostración de la fuerza ante Irán.
Cabe mencionar que el Abrahm Lincoln es un portaaviones nuclear nuclear construido en la década de 1980 y entrado en servicio en 1989, con base de operaciones en Norfolk, Virginia. Es uno de los once buques de este tipo, diseñados para proyectar poder en todo el mundo a través de su inmenso poder de fuego, que permanecen activos en la marina de Estados Unidos.
El Abrahm Lincoln desplaza más de 100.000 toneladas de carga, una tripulación de 6.000 marineros y más de 60 aviones.