El vuelco más rápido de la historia tuvo el supuesto ataque de que había sido blanco la 33º comisaría de la comuna de Ñuñoa que había terminado con un carabinero con lesiones leves.
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Según se informó por parte de la institución, cerca de las 4 de la madrugada un grupo de personas que se desplazaba en un vehículo no se detuvo en un control policial, se dio a la fuga por avenida Marathon y en ese momento “sale personal de la 33° comisaría, el vigilante exterior que se encontraba en servicio, en ese minuto se produce un intercambio de disparos”.
Sin embargo, esa versión de los hechos terminó en el suelo y uno de los funcionarios que participó fue dado de baja por mentir.
Los nuevos antecedentes indican que un menor de 15 años había sacado sin permiso el auto de su padre y cuando los carabineros lo trataron de detener para el control salió arrancando, señala Biobío.
Un uniformado que estaba fuera de la comisaría disparó al ver que el vehículo avanzaba a gran velocidad y uno de los proyectiles dio en el chaleco antibalas del cabo de guardia Rodrigo Fuentes Morales, el que habría terminado con lesiones leves.
Debido a las “indagaciones por parte de personal de carabineros especializado y el Ministerio Público”, se determinó que “dentro de la dinámica del procedimiento el funcionario que resultó lesionado fue producto del disparo de otro carabinero que salió a interceptar el vehículo”, apuntó el prefecto.
“La versión del carabinero no fue real…, se le dio de baja con efecto inmediato por no señalar los hechos como ocurrieron en verdad. Negó los disparos desde el primer minuto”, afirmó a la emisora.
Por último, dijo que “se estableció que sí realizó disparos y habría sido el que habría lesionado al carabinero que estaba de vigilante exterior”.