Como migrante se define a toda población nacida en otro país del de residencia y que reside por al menos un año en dicho país. Eso, según la definición de Naciones Unidas. En los últimos años, el fenómeno ha tenido un explosivo crecimiento. Pasamos de 173 millones de migrantes en el mundo en el año 2000 a 250 millones en 2017.
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Esto sin duda significa un problema para los países que reciben a los migrantes. No todos están preparados para la llegada de grandes oleadas de población. En el marco de las XIV Jornadas Científicas del ISP, Báltica Cabieses, enfermera matrona y académica de la UDD, analizó la situación en Chile.
No se trata sólo de traer enfermedades nuevas
«Hay varios errores que hemos visto a la hora de hablar de este tema. Las personas creen que sólo se trata de traer enfermedades y bichos, pero también son los migrantes los que se someten a los problemas locales», explica.
Un ejemplo de ello son la diabetes y el alcoholismo. «Muchos migrantes caen en estas enfermedades, pese a que en sus países no sucedía, porque hay un factor socio cultural que los afecta. Cambios de alimentación, cambios de hábitos», agrega.
Lo importante es que se inscriban en el sistema
Pero el problema también tendría una arista organizacional. «Con la llegada acelerada de migrantes, no hay capacidad de respuesta a tiempo. A diferencia de los pacientes chilenos, en el caso de los migrantes no tenemos acceso a su historial de salud previo», añade la profesional.
El problema planteado por la académica ocurre a nivel global. «Por varios temas, que pueden ir desde la falta de plataformas, hasta materia de seguridad, en todo el mundo está el problema de que los países no comparten la información médica de sus ciudadanos», explica.
«Es un problema si, al que se le está buscando solución», plantea.
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Niños sin previsión: más en el caso de migrantes
Ante esto, la profesional destaca que en el caso chileno, la plataforma en desarrollo del Hospital Digital podría ayudar con esto. ¿Cómo? «Mediante la aplicación de encuestas o de la opción que los migrantes puedan cargar datos o documentos a la plataforma digital», añadió.
El mayor problema es no estar inscritos en los programas de salud. Según cifras de la encuesta CASEN 2017, los niños chilenos sin previsión de salud son el 0,80%, mientras que en el caso de los niños migrantes la cifra es de un 3,90%.
Problemas sociales y de salud
«Y esto se replica en los adultos. Por eso el llamado es a aumentar los llamados a inscribirse y explicarles los procedimientos», señala la académica de la UDD. Para Cabieses la situación aumenta si se le añaden otros factores como el hacinamiento al que la mayoría de los migrantes en Chile están expuestos.
«Una situación de vivienda compleja, sumado al fenómeno de pobreza multidimensional y la falta de acceso, sin duda son problemas que hacen difícil el control de la salud en esta población. Más allá de que traigan enfermedades nuevas, el no poder llevar control correcto de su salud, es igual de grave», finalizó la profesional.