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Rusia condena a seis años de cárcel a hombre por ser testigo de Jehová

En dicho país está prohibida esa religión porque según las autoridades sería de carácter “extremista”.

Es comprensible que a algunas personas les moleste cuando algún insistente testigo de Jehová pasa por su casa para compartir la «palabra de Dios», pero de ahí a mandar a la cárcel a quienes profesan esa religión, hay una distancia sideral.

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En Rusia sus autoridades piensan diferente, porque en abril del 2017 el Tribunal Supremo determinó que los testigos de Jehová debían desaparecer. Consideran esa religión «extremista», por eso se les ordenó a sus fieles detener sus actividades, y además sus bienes están siendo confiscados.

Dennis Christensen, de 46 años, es un danés radicado hace dos décadas en el país más extenso del mundo que predica dicha religión, y no hizo caso de la prohibición, como tampoco lo hicieron los primeros cristianos en el Imperio Romano.

En febrero el tribunal de distrito de Zheleznodorozhny, de Oryol, condenó al predicador a seis años de prisión en una colonia penal por «organizar las actividades de una organización extremista», y ahora un tribunal superior rechazó la apelación del religioso y confirmó la sentencia desatando protestas de grupos de derechos humanos de todo el mundo.

Desde la declaración de culpabilidad del danés la policía ha allanado más de cien casas de testigos de Jehová, y 74 personas han sido procesadas, los que sumados a causas anteriores completan la cifra de 197 imputados.

El danés aseguró que fue condenado únicamente por ejercer la libertad de culto, derecho consagrado en el artículo 28 de la Constitución de Rusia.

«Aquellos que saben lo que ocurre con los testigos de Jehová en Rusia deben sentir vergüenza por su país. En el siglo XXI en un estado de derecho son inadmisibles las acusaciones y delaciones falsas, así como las torturas», declaró Christensen.

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Natalia Prilutskaya, de Amnistía Internacional, condenó la determinación.»La decisión de las autoridades rusas de confirmar la condena constituye una afrenta al derecho, a libertad de religión y de asociación. Las autoridades han perdido la oportunidad de anular la sombría injusticia realizada con Dennis Christensen, quien fue puesto entre rejas únicamente por ejercer su derecho a la libertad de religión y a mantener sus creencias pacíficas», declaró.

 

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