La semana pasada ya se dio la orden: todos los ministerios deberán cambiar los logos de Gobierno, al menos en el formato web, y reemplazar el slogan de «Chile lo hacemos todos» que hasta ahora era el oficial.
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La nueva frase de La Moneda será «Chile en marcha», discurso que empezó a repetir el Presidente Sebastián Piñera a comienzos de año y que, según sondeos internos, tuvo buena recepción en la ciudadanía. Así las cosas, ese slogan ahora formará parte del logo oficial del gobierno en el costado derecho, junto al escudo bicolor que está vigente desde noviembre de 2010.
«Se les informa que, a partir de esta fecha, la bajada del gobierno es ´Chile en marcha´, por lo que todos los ministerios, servicios, intendencias y gobernaciones deberán ajustar sus logos de acuerdo a lo descrito», señaló la ministra Cecilia Pérez a través de un oficio que envió vía mail.
Ese cambio estético y de marketing es, de hecho, solo uno de los varios cambios de imagen que ha perpetrado el Presidente Sebastián Piñera en sus dos gobiernos, y que van desde dos logos oficiales, dos ministerios y el famoso Transantiago.
Borrón y cuenta nueva
Desde que se recuperó la democracia, el Gobierno no tenía un emblema como tal, sino que utilizaba el escudo de la República. Eso se rompió en el 2000, a fines del Gobierno de Eduardo Frei e inicios del de Ricardo Lagos. En esa época se diseñó un rombo representado en varios cubos y que juntos representaban a la bandera chilena sin la estrella solitaria.
Michelle Bachelet también usó el símbolo de la Concertación en su primer mandato, pero, con la llegada de Sebastián Piñera al sillón de La Moneda en 2010, las cosas cambiaron.
De entrada, el presidente de Chile Vamos instauró un logo que por estos días es de culto. ¿La razón? Luego de varias críticas, termino siendo provisorio y duró menos de un año. Se dio a conocer con bombos y platillos el 9 de marzo de ese año por su vocera de Gobierno Ena Von Baer y fue reemplazado el 24 de noviembre.
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La nueva imagen oficial recuperó el escudo apelando a la «tradición republicana», sin embargo las críticas corrieron por cuenta de los colores en la palabra Chile, pintada de azul, rojo y celeste. ¿Y el blanco? Por motivos de contraste, el color no podía estar en las letras.
Finalmente llegó el escudo que se mantiene hasta estos días, con sus dos franjas de azul y rojo, el escudo a la izquierda y el título a la derecha. En su momento también fue cuestionado, ya que el diseño, a todas luces simple, costó más de $15,7 millones.
De hecho, con la llegada del segundo mandato de Bachelet, la nueva administración decidió mantener el logotipo. La jefa de comunicaciones de ese entonces, Paula Walker, señaló que era por temas económicos. «El Gobierno actual no ha cambiado de logo y seguirá utilizando el mismo. Tenemos un compromiso con la austeridad, cambiarlo es mucha plata», explicó. Eso sí, usaron al menos 3 variantes sobre la misma base en los formatos web.
El nuevo mandato de Piñera trajo nuevas variantes. Al comienzo se agregó el slogan «Chile lo hacemos todos» junto al emblema, para luego cambiarlo por «Chile en marcha», la semana pasada.
Ministerios y Red
Las distintas carteras gubernamentales tampoco se han salvado de los retoques de Piñera. En octubre de 2011, en su primera administración, tomó la decisión de reformular el antiguo Ministerio de Planificación (Mideplan). Desde entonces, pasó a llamarse Ministerio de Desarrollo Social, creando dos subsecretarías nuevas y dejando toda la coordinación de beneficios estatales a su cargo.
Además, el Presidente de Chile Vamos no quiso cerrar 2018 sin hacer otro new look. El 4 de diciembre, el Ejecutivo firmó un proyecto de ley para que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo pase a llamarse Ministerio de Ciudad y Vivienda. Eso, para dejar en claro que la cartera tiene como bandera de lucha los proyectos de integración social. De momento aún no es una realidad.
El capítulo más polémico hasta ahora fue el cambio del Transantiago. Básicamente, el sistema de transporte que sacó ronchas por más de una década a los capitalinos cambió su nombre y emblema que arrastraba desde 2006 y pasó a llamarse «Red Movilidad·», en marzo de este año. Todo se complicó cuando se supo que la asesoría para el nuevo nombre costó nada menos que $550 millones.
