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Supervalla para detener manifestantes divide a los argentinos

La estructura de acero fue fabricada en China, puede extenderse 40 metros y fue usada para contener una marcha en el marco del paro nacional.

La Confederación general del Trabajo argentina convocó a la quinta huelga nacional en contra del Gobierno de Mauricio Macri, para reclamar por la situación económica que atraviesa el país y las medidas que ha tomado el Ejecutivo, que a juicio de los manifestantes han empobrecido a la población, todo de cara a las elecciones presidenciales de octubre.

Las principales ciudades argentinas amanecieron sin transporte público, ni clases en establecimientos públicos, metro, recolección de basura, además los bancos cerraron y los servicios de salud sólo ofrecieron atención de emergencia.

Según los convocantes la adhesión fue superior al 90%, y nuestro país también se vio afectado porque paralizaron cuatro aerolíneas que realizan trayectos entre Chile y Argentina. LATAM, Sky Airline, Aerolíneas Argentinas y KLM cancelaron sus vuelos.

Made in China.

En medio de la manifestación, un elemento para contener caravanas de personas movilizadas se robó la película. Se trata de la «supervalla», que está a años luz de distancia de nuestras modestas «vallas papales», y demostró ser infranqueable.

La estructura fue fabricada en China y ese país la donó el año pasado para ser usada en la reunión del G20, que se realizó en Buenos Aires, pero luego fue reforzada por la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea) de Córdoba.

Con una altura de dos metros 30 centímetros, la supervalla (que se puede desplegar hasta 40 metros) se transporta en un camión militar Mercedes Benz 2626 y el conductor la puede dejar en el lugar en que se desea interrumpir el paso. Luego desde la estructura de acero bajan patas hidráulicas que la sustentan y le permite al vehículo de carga salir del lugar, dejando a la armatoste en el suelo.

Los críticos a su implementación reclaman porque entre medio de sus rejas las fuerzas policiales pueden lanzar agua, ubicar armas (para lanzar balas de goma), e incluso tiene la capacidad de ser electrificada.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, defendió su uso. «Impide que tengamos que estar con el personal frente a frente respecto a los manifestantes, que en muchos casos se acercan en una actitud de querer pasar a la fuerza», declaró.

«Estamos hartos de los paros. Esto ya es como una especie de rutina. Le impiden a la gente que viaje. Es una situación en contra de la libertad y el trabajo», agregó.

En tanto el líder del sindicato de choferes, Hugo Moyano, se quejó de la supervalla e ironizó: “El grupo de camioneros paró todo. El único camión que andaba hoy era el que manejaba la señora Bullrich. Después, pararon todos. La tengo que afiliar. ¡Una afiliación especial le vamos a hacer!”

El reacondicionamiento de la supervalla también indignó a buena parte de la población argentina porque tuvo un costo de unos mil 600 millones de pesos chilenos.

La de hoy fue la tercera ve que se usó el artefacto porque debutó en el G20, luego fue desplegada el 1º de marzo cerca del Congreso Nacional para la apertura de la labor legislativa encabezada por el Presiente, y en esta jornada se instaló en el Puente Pueyrredón, que une la ciudad de Buenos Aires con Avellaneda.

 

 

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