El mexicano Armando Manzanero es un gran compositor romántico, muy buen intérprete y posiblemente merezca una estatua en su honor, pero esa no era la intención del Instituto Cultural Argentino-Colombiano, que inauguró un busto para destacar los 52 años de la publicación del libro Cien Años de Soledad en el país vecino.
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La figura fue instalada el Paseo de los Poetas del Rosedal, en Palermo, con el mensaje «Gabo vuelve a Buenos Aires para quedarse», y quedó entre medio de las estatuas de los escritores Benito Pérez Galdós y Ramón Pérez de Ayala.
Al principio todo fue festejos por la buena iniciativa de reconocer la obra del fallecido premio Nobel colombiano, pero a los pocos minutos un murmullo comenzó a circular entre las autoridades y los asistentes a la ceremonia. «La figura no se parece a García Márquez», comentaban los invitados al evento que le vieron un aire a Manzanero.
La obra pertenece al escultor Fernando Pettinato, a quien no le pareció nada gracioso que otras personas en redes sociales compararan su obra con un Hulk, pero con los ojos saltones.
Esta polémica se suma a la que generó una estatua de Cristiano Ronaldo, otra de Lionel Messi, del egipcio Mohammed Salah; o las discusiones que genera la figura gigante de «Sentados Frente al Mar», de Puerto Montt, cuya dudosa belleza generó una votación para determinar su futuro que se realizará próximamente en la sureña ciudad chilena.