La actual crecida del río Mississippi comienza a tener graves consecuencias. Se encuentra poniendo presión a diques, causando embotellamientos viales y evacuaciones residenciales, llegando a los niveles récord que alcanzó durante la devastadora inundación de 1993.
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El gobernador de Missouri Mike Parson inspeccionó el lunes las zonas inundadas en partes del noreste del estado, donde se han realizado una docena de rescates. A nivel estatal, casi 400 carreteras permanecían cerradas, incluyendo parte de la carretera federal 136.
Diques y esclusas al norte de San Luis siguen cerrados, mientras el caudal del río Mississippi se encuentra al segundo nivel más alto que se haya registrado en algunas comunidades. Los ríos de la región centro-occidental se han inundado periódicamente desde marzo, causando miles de millones de dólares en daños a campos de cultivo, zonas residenciales y comercios desde Oklahoma y Arkansas hasta Michigan.
Un dique estalló en el río Missouri cerca de la localidad rural de Winfield, de casi 1.400 habitantes, dijo Sue Casseau, portavoz del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Muchos residentes tuvieron que evacuar. El sábado fueron retirados intencionalmente los sacos de arena de un dique de granja al costado del río Mississippi, cerca de Ste. Genevieve, Missouri, para permitir el paso del agua y reducir la presión río abajo. El río Illinois también superó diques que conjuntamente protegen 600 hectáreas (1.500 acres) en el oeste de ese estado, agregó.
«Si hay agua sobre el campo, nadie va a plantar nada», dijo Casseau. «No se conocerán todas las consecuencias económicas sino hasta fines de esta temporada de siembra y cosecha».
Se han cerrado compuertas en San Luis ante la crecida del río Mississippi prevista para el jueves. El aumento en el nivel del agua ya está causando problemas. Varios hoteles llenos de turistas que acudieron a la final de la Copa Stanley y los partidos entre los Cachorros y los Cardenales se quedaron sin agua caliente el domingo, luego que una estación de bombeo se vio abrumada por el exceso de agua, reportó el St. Louis Post-Dispatch.