Ludwika Paleta se hizo famosa en Chile por interpretar a María Joaquina, la niña de la serie Carrusel que barría el piso con las ilusiones del pobre Cirilo Rivera, pero el tiempo ha pasado y la actriz mexicana ya tiene 40 años y es de las intérpretes más reconocidas de su país.
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La rubia está casada con el Emiliano Salinas, hijo del ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, quien está en el ojo del huracán. El marido de Ludwika fue vinculado a una secta de explotación sexual femenina de EE.UU, cuyos tentáculos llegaron a México.
El líder del grupo era el norteamericano Keith Raniere, quien presentaba como fachada a la empresa Nexivm, de cursos de formación personal, para a través de ahí someter a sus víctimas. Tanto así, que el hombre está sometido a juicio en EE.UU. acusado de tráfico de personas, explotación sexual, posesión de pornografía infantil, entre otros delitos que lo podrían secar en la cárcel.
Tan grande era el sometimiento en el que caían las mujeres que, por su propia voluntad, se marcaban en el pubis las iniciales de Raniere, como lo hacen los granjeros con el ganado.
Desde el 2017 Salinas fue uno de los principales impulsores del grupo Nxivm en Ciudad de México, donde ofrecía sus programas de Éxito Ejecutivo para empresarios y líderes. Además Salinas defendió a la organización cuando se presentaron las primeras denuncias.
«Los integrantes de Nxivm siempre negaron la existencia de las prácticas que hoy se conocen sobre el grupo. Cuando a principios del 2018 una conocida involucrada decidió relatarme sus experiencias, renuncié y corté de manera inmediata cualquier tipo de contacto con ellos, con una profunda consternación por las atrocidades que escuché», se defendió a través de un comunicado.
Ludwika hasta ahora no se había manifestado públicamente sobre el tema, pero subió a redes sociales una foto dándole un beso a su marido con el mensaje «te amo», así que a buen entendedor…