El ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre hemorrágica en humanos y primates. Los primeros reportes que hay de su existencia datan de la década del 70′ del siglo pasado cuando se identificaron casos de fiebre hemorrágica en Zaire y Sudán
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Es uno de los virus de mayor mortalidad porque entre un 9o y 50 por ciento de los contagiados pierde la vida, y el nombre del virus proviene del río Ébola, ubicado en Zaire.
Los síntomas incluyen fiebre, diarrea, vómitos, sangrado, y se contagia por contacto directo. Sólo es capaz de pasar a otra persona cuando los síntomas de la enfermedad ya se han manifestado.
El actual brote que afecta desde el año pasado a la República Democrática del Congo presenta una mortalidad de un 65%, y según las autoridades de salud está fuera de control.
Lo más preocupante es que demoró siete meses en alcanzar los mil enfermos, y sólo dos meses en llegar a las dos mil. De ellos, una alarmante cifra de 1.350 personas ha muerto.
La cantidad de contagiados aún no alcanza los registrados en la epidemia del 2014 que afectó a Liberia y Sierra Leona, pero la Organización Mundial de la salud informó que este brote está lejos de ser controlado. En la anterior emergencia los contagiados fueron 30 mil y los muertos alrededor de once mil.
«Hasta la fecha, ningún caso de ébola ha cruzado las fronteras del Congo, y la epidemia no se ha extendido a los centros urbanos principales», informó el Ministerio de Sanidad.
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Un problema es que el control de la epidemia se ha visto afectado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento, por la inseguridad en la zona, donde operan grupos armados que atacan continuamente los centros de atención.
Para prevenir la infección es primordial el aislamiento y la utilización de trajes especiales para reducir el riesgo de transmisión desde los enfermos hacia el personal sanitario, como médicos y enfermeras.
