A través del libro presentado por el periodista Venezolano erradicado en España, David Placer, se pretende comenzar a destejer la red de relaciones que existió entre Nicolás Maduro y el maestro espiritual Sathya Narayana Rayu Ratnakara, proclamado en su juventud como la reencarnación del santo Sai Baba, por el que hoy miles de personas en Venezuela siguen en saibabismo.
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Venezuela, además de ser uno de los 113 países en los que se encuentra presente el saibabismo, ha tenido tal relación con esta corriente espiritual, que en 2011, cuando murió Sathya, la Asamblea Nacional decretó un día de luto en el país, sin tener en cuenta las denuncias de abuso sexual y delitos financieros que tenía el gurú. En ese entonces, Maduro era Ministro de Relaciones exteriores.
Para ese entonces, no era desconocido que que Nicolás Maduro seguía a Sai Baba, y que incluso en 2005 realizó una visita Sathya en la localidad de Puttaparthi en la india. Lo que si es para extrañarse, son las contradicciones de esta relación, pues esta corriente promueve la paz, verdad, rectitud, amor y no violencia, lo que dicta bastante del poder que ha ejercido Maduro y los principales ministros que desarrollan las políticas de represión y tortura en Venezuela, que también son saibabistas o han visitado a Sai Baba.
Desde allí, Placer comienza a develar algunos personajes vinculados a el saibabismo. Una de las figuras más potentes es la de la Ministra Para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, pues es ella quien ha desarrollado el pranato. Según lo expuesto en el libro, «los pranes son los líderes de las cárceles, que gobiernan las prisiones, construyen piscinas, discotecas y mantienen un negocio millonario del robo de vehículos, secuestro y vicariato. La ministra ha dado poder absoluto a los pranes, que salen de prisión a su antojo y organizan el amedrentamiento y el asesinato de los adversarios del régimen. Algunos de los testimonios del libro confiesan cómo salen de la cárcel por orden de la Guardia Nacional para asesinar y regresar a la cárcel para que el crimen permanezca impune».
Pero no solo Maduro y los funcionarios de su mandato se habrían acercado a corrientes espirituales. Su antecesor, Hugo Chavez, «tras su llegada a la presidencia, se acercó a todas las condiciones y creencias, se bañó en las cascadas de Sorte, se dejó leer el tabaco, pidió en televisión el poder de los rayos de los brujos de la revolución y celebró un ritual santero frente a las huesos del libertador Simón Bolívar»según también cuenta Placer, en su otro libro «Los brujos de Chavez»
En dicho relato, cuenta sobre el tratamiento que recibía el comandante en Cuba contra el cáncer y como «en esos días los canales de televisión oficialistas no dejaban de transmitir los rezos de los chamanes indigenas del Amazonas y los rituales babalawos para sentenciar una pronta curación».
Cabe mencionar que esta investigación, que cuenta con más de 70 entrevistas, será presentado hoy en Miami y el 7 de junio en Houston, Texas.
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