Como diría Bombo Fica: «sospechosa la…» porque el diario Clarín de Argentina dio a conocer que apenas se supo de la muerte del fiscal Alberto Nisman, a las 10.06 de la noche del domingo 18 de enero del 2015, la entonces presidenta de ese país, Cristina Fernández, se comunicó 31 veces con el que era su secretario de Seguridad, Sergio Berni, a pesar que el ex personero declaró en la justicia que sólo había hablado en dos oportunidades con la Señora K.
Más sospechoso es el asunto al recordar que Nisman iba a declarar en la Cámara de Diputados sobre la acusación en contra de Cristina por el encubrimiento de los iraníes acusados del atentado a la mutual judía ocurrido en 1994, con un saldo de 85 muertos.
El fiscal fue encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero con un balazo en la cabeza. En un principio algunos sectores interesados trataron de hablar de un suicidio, pero ahora la justicia lo investiga como asesinato.
La comunicación entre Cristina y Berni partió dos horas y media después de que hallaran muerto al fiscal, y terminó a las 16.07 del lunes.
Clarín informó que fueron 22 llamadas telefónicas y ocho mensajes de texto entre el celular de Berni y los celulares de Presidencia asignados a los secretarios privados de Cristina: Mariano Cabral y Pablo Barreiro. Y una llamada la recibió Berni desde un computador.
Las cinco primeras comunicaciones ocurrieron cuando Berni estaba en la escena del crimen, pero el funcionario sólo reconoció haber llamado a su jefa cuando iba en camino al departamento del fiscal y cuando confirmó en el lugar que Nisman estaba muerto. Ocultó que llamó a la presidenta once veces más, y que ella lo hizo 18 veces.
Las comunicaciones entre ambos sólo se interrumpieron a las 3.38 y se reanudan a las 6.29, por eso la justicia argentina investiga si desde ese momento se puso en marcha un operativo de encubrimiento por parte de la gobernante de entonces.
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