Aunque suene a mentira, existe un pueblo en Estados Unidos que se ha estado quemando por más de medio siglo y que no dejará de arder por unos 250 años más. Se trata de Centralia, una comunidad carbonífera ubicada en el estado de Pennsylvania.
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En mayo de 1962 estaban quemando basura en un vertedero, una práctica habitual en la época, pero por accidente prendieron una veta de carbón y como el pueblo estaba sobre yacimientos de este mineral ha sido imposible apagarlo por completo hasta el día de hoy.
Sin embargo, el incendio en el exterior fue extinto, pero el subterráneo paso inadvertido hasta finales de los 70, cuando debido a la gran cantidad de monóxido de carbono que emanaba del subsuelo a través de grietas tanto en la tierra como en el pavimento.
Inclusive, “en 1979 tuvieron que cerrar la gasolinera del pueblo porque el fuego estaba calentando peligrosamente los tanques de combustible subterráneos”, indica el periodista David DeKok a BBC Mundo.
Las medidas que se realizaron para apagar el siniestro, por las que se desembolsaron más de siete millones de dólares de la época, fueron infructuosas y otras, como excavar zanjas, sólo avivaron el fuego.
Pueblo fantasma
Todo continuaba funcionando hasta 1981, cuando un niño de 12 años que cruzaba por el jardín de su vecino cayó por un agujero que se formó bajo sus pies de varios metros de profundidad. Si bien el menor sobrevivió, esto generó un amplio debate sobre si abandonar o no el lugar.
Tres años después se realizó una votación: dos tercios de la población decidieron irse y el gobierno de EEUU destinó 24 millones de dólares para este proceso de reubicación y demolición de casas, peor no todos quisieron irse.
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Centralia se convirtió en un pueblo fantasma, pasó de más de mil habitantes en 1981 a diez en 2017 que habitan sobre un infierno de más de 700ºC.
Junto con sus pocos residentes aún sobrevive la Iglesia Católica Ucraniana de Centralia, una edificación que se salvó por estar construida sobre roca sólida. Periódicamente los antiguos vecinos se reúnen en este lugar de oración.
Aparte del templo católico, no existe otro lugar público donde se puedan congregar los habitantes o visitantes de Centralia. Tanto es el abandono que muchos dicen que inspiró a la saga de videojuegos y posterior película “Silent Hill”.
No obstante, lo peculiar de este pueblo ha atraído a muchos turistas curiosos, que se acercan a la fracturada por el calor y antigua Ruta 61 para tomarse fotografías, aunque no siempre encuentran las simbólicas humaredas que emergen producto del incendio que aún no se apaga.