La tramitación de una ley de extradición hacia China motivó multitudinarias manifestaciones en Hong Kong que movilizaron a un millón de personas, porque la ex colonia británica se resiste a que sus ciudadanos sean tratados como el resto de los habitantes del gigante asiático, debido al estatus especial que tendrán hasta el 2047.
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Las protestas cerca de la sede del Legislativo fueron las más masivas desde el traspaso de la isla a China en 1997, y la autoridad las reprimió con mano dura porque la policía que usó gases lacrimógenos y balas de goma. Además hoy la represión continuó porque al menos 81 personas, derivadas a hospitales, fueron detenidas en esos centros de atención por las fuerzas de seguridad.
La polémica ley de extradición permitiría al Ejecutivo y a tribunales de Hong Kong tramitar las solicitudes de China y Taiwán, sin posibilidad de apelación. Por eso la iniciativa se ha topado con la oposición de un amplio espectro social que manifestó su preocupación de que residentes en Hong Kong acusados de delitos sean trasladados a China continental.
En esta jornada también ocurrió un hecho que debería ser imitado por los manifestantes chilenos, que muchas veces reclaman por causas menos atendibles. Varias decenas de protestantes volvieron al lugar de los hechos, pero no a causar disturbios, sino que a limpiar.
Las personas aún vestían las camisetas negras que identificaban a los manifestantes, y a pesar de la lluvia que caía, no tuvieron problema para dejar el sector tan limpio como antes de sus protestas, a pesar del sentimiento de pesar que los agobia ya que el Gobierno local no ha demostrado alguna intención de ceder en su postura.
Una mujer de 24 años declaró a «Coconuts HK» que, si bien no participó en las protestas, igual se motivó a limpiar la suciedad que quedó ya que así es el espíritu de los ciudadanos de la isla.
«Todavía tenemos que cuidar el medio ambiente, y en cada protesta a gran escala como esta siempre hay basura. No queremos dificultar el trabajo de los aseadores, así que vinimos aquí para ayudarlos y hacerles más fácil su labor», declaró.
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«Nadie sabe cuál será el resultado, o incluso si logramos que se retire el proyecto de ley», dijo, «pero en este momento es importante cuidar de nuestra ciudad y de las personas que viven en ella. Es nuestra responsabilidad», agregó al medio local.
Domingo
Las organizaciones civiles hongkonesas, que convocaron a las protestas que terminaron el miércoles llamaron a la población a otra jornada de desobediencia civil aún más masiva para el domingo.
Por su parte, El Gobierno chino reiteró su apoyo a la intervención policial en Hong Kong y a la intención del Gobierno local de continuar con la tramitación de la propuesta legal.