Las manifestaciones en Hong Kong comenzaron a mediados de la semana pasada y entonces convocaron a un millón de personas aproximadamente, pero el domingo duplicaron la cifra y debido a la presión el Gobierno local decidió suspender la medida que había molestado a los ciudadanos.
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La norma que pretendía imponer la autoridad de la isla permitía la extradición de los ciudadanos hongkoneses hacia China, lo que alertó a los defensores de los derechos civiles que tiene un estatus especial hasta el 2047, luego de dejar de depender de reino Unido en 1997.
Como la invitación era a que los manifestantes vistieran ropa oscura, la gran cantidad que se reunió fue denominada la marea negra, que desfiló durante ocho horas frente al edificio del poder Legislativo local.
El Frente Civil por los Derechos Humanos convocó para hoy a una huelga general, y confiado en el respaldo ciudadano ahora lo que exige es la salida de la jefa del Gobierno, Carrie Lam, quien cuenta con el respaldo del Gobierno chino.
«El Gobierno central seguirá apoyando firmemente a la jefa del Ejecutivo de la región administrativa especial», declaró ante la prensa el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Lu Kang.
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