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Tarjetas sanadoras de Indonesia son más radioactivas que Chernobyl

Son comercializadas en Tailandia, y ahí investigadores descubrieron que presentan 350 veces más contaminación de lo permitido.

Hace algunos años el locutor Omar Gárate Gamboa ofrecía a sus seguidores diversos productos maravillosos capaces de aliviar todos los dolores, pero por lo menos sus creaciones no hacían daño como las tarjetas mágicas curativas elaboradas en Indonesia y a la venta en Tailandia.

La supuesta maravilla debe ser aplicada como un parche en las zonas en donde el consumidor sienta dolor, o también las puede sumergir en agua hirviendo para tomarse una infusión curativa, pero eso al contrario de lo que prometen, son muy peligrosas para la salud, según estudios que hicieron las autoridades locales.

El diario «Bangkok Post» informó que el departamento de investigación nuclear de Tailandia encontró que algunas de las tarjetas de plástico emitían radiación 350 veces sobre el límite de seguridad recomendado para los humanos.

Lo peor es que el «remedio», que produciría cáncer no es barato, ya que lo venden en los comercios locales a 38 dólares; unos 30 mil pesos chilenos.

Además estudios en rayos x confirmaron que las tarjetas tienen elementos radioactivos de uranio y torio distribuidos en su superficie. Algo que hace recordar a la serie de HBO, Chernobyl, y las escenas en donde los bomberos agonizan producto de la radiación de la central nuclear destruida.

«Sumergir las tarjetas en agua potable puede contaminarla con partículas cancerígenas, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades. Como tal las personas deben abstenerse de usar las tarjetas para evitar la exposición innecesaria a la radioactividad», señala un comunicado oficial.

En la etiqueta la tarjeta dice que es fabricada en Indonesia, pero con tecnología alemana y presenta el sello de «World Peace Gong», un símbolo para promover la paz creado por Indonesia después de unos atentados terroristas.

El profesor Kim Phutdhawong, de la Universidad de Kasetsart, informó que encontró los elementos radioactivos en un polvo blanco que descubrió comprimido entre dos hojas de plástico cuando cortó una tarjeta por la mitad.

El investigador recomendó a las personas con tarjetas que pregunten al Instituto de Tecnología Nuclear de Tailandia sobre cómo botarlas de manera segura.

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