Una adoradora de del diablo, que se ganó el derecho de abrir la reunión de un Gobierno regional en Alaska, declaró «salve satán» en su primera invocación, lo que hizo que decenas de funcionarios y participantes abandonaran la sala.
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La invocación, al comenzar la reunión del distrito de la Península Kenai, desató una protesta afuera del edificio administrativo en la que participaron 40 personas, informó el diario «The Peninsula Clarion».
Los manifestantes llevaban carteles que decían «rechazamos a Satán y sus obras» y «Conozca a Jesús y su amor».
Durante la invocación, la integrante del Templo de Satán, Iris Fontana, dijo: “Lo que no se dobla, se quiebra, y lo que puede ser destruido por la verdad no debe ser salvado. Está hecho, salve satán”, reportó la radio KSRM.
Fontana es una de las personas que, a través de ACLU Alaska, demandaron al distrito luego que aprobara el 2016 una política que decía que las personas que querían dar invocaciones en las reuniones del Gobierno regional, tenían que pertenecer a organizaciones oficiales, con una presencia establecida en la Península Kensai. Otros demandantes a quienes se les había negado permiso para las invocaciones fueron un ateo y una mujer judía.
En octubre, la Corte Suprema de Alaska falló que la política del distrito era inconstitucional y el Gobierno local la cambió en noviembre para ofrecer invocaciones sin importar la religión.
Los asambleístas Norm Blakeley y Paul Fischer, y el alcalde Charlie Pierce, estuvieron entre los que abandonaron la reunión junto con miembros del público.
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Los asambleístas no están obligados a asistir a las invocaciones para participar en las reuniones.