- Presidenta de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech)
La industria del emprendimiento pasó de ser un nicho en estado creciente a un cuerpo robusto de talentos. Con un desarrollo saludable y con instituciones que realizan un trabajo serio, responsable y de calidad.
No causan extrañeza los datos obtenidos en la última edición del Reporte Mundial de Emprendimiento “Global Entrepreneurship Monitor, GEM”, los cuales muestran a nuestro país cómo una de las economías del mundo donde más ha crecido la actividad emprendedora, con un salto de 12 puntos porcentuales, al pasar de 13% en 2008 hasta el 25,1% actual.
Habiéndonos convertido en un país de emprendedores, cabe la siguiente pregunta: ¿los emprendedores podemos hacerlo solos? La respuesta es no. La colaboración y la asociatividad marcan un punto de inflexión en el ecosistema de emprendimiento y la innovación. Como nunca, es absolutamente importante que se entienda que la economía actual debe ser de muchos pequeños colaborando más que grandes corporaciones.
El potencial de la colaboración como herramienta de poder empodera las ideas y los emprendimientos
El potencial de la colaboración como herramienta de poder empodera las ideas y los emprendimientos, genera que se reciba ayuda y apoyo de otras células con los cuales obtienen mutuos beneficios.
Actualmente en Chile existen alrededor de 2 millones de emprendedores, coexisten 1.500 cooperativas, y una variedad de importantes gremios de pequeño y mediano tamaño, los cuales están haciendo grandes cosas por lograr que podamos competir en igualdad de condiciones con las grandes empresas y corporaciones.
Es interesante y hermoso ver las ventajas de una cultura de la colaboración. Dicen que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil. Si los emprendedores trabajamos de manera conjunta, nos podemos transforma en una cadena irrompible, poderosa, y duradera.
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