Por todo el mundo se propagó la llamativa imagen de la canciller alemana, Angela Merkel, temblando notoriamente durante la visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy. 10 días más tarde, una segunda manifestación similar desató una serie de teorías por todo el mundo que ponían en duda su salud, apuntando directamente a un posible Parkinson. Sin embargo, la propia Merkel se encargó de restarle importancia.
PUBLICIDAD
Era de esperarse que en la conferencia de prensa que Merkel ofreció en el G20 de Osaka, la pregunta obligada fuera sobre su salud. «Entiendo la preocupación pero no tengo nada particular de qué informar. Me encuentro bien (…) «Son una reacción. Tal y como ha aparecido, se pasará, estoy segura», respondió ante la pregunta que surgió en Japón.
Este viernes, fuentes del gobierno alemán se encargaron de explicar a diarios locales que la canciller veía que el segundo episodio de temblores era, de hecho, una reacción psicológica en respuesta al primero, que se habría originado por estrés o descompensación.
Merkel, eso sí, no fue demasiado concisa en Japón, ya que evitó referirse a si sus temblores la llevaron a consultar a un médico o si tenía un diagnóstico certero.
Como sea, para la canciller de 64 años los temblores no son tema. «Estoy convencida de que de la misma manera que esta reacción hizo su aparición, también volverá a desaparecer»