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¿Por qué Japón insiste en cazar ballenas?

Desde el siglo XII en la isla se realiza esa práctica que se intensificó luego de la Segunda Guerra Mundial debido a la hambruna, y que el país ahora volverá a realizar de forma comercial.

Japón el año pasado se retiró de la Comisión Ballenera Internacional, y volverá a cazar ballenas en su zona económica exclusiva.

Desde 1886 la isla había dejado la caza comercial de los cetáceos motivada por la presión internacional, y desde entonces siguió capturando ejemplares, pero amparada en la investigación científica, aunque todos sabían que era una excusa para que los japoneses siguieran consumiendo carne.

Los defensores de la práctica tan criticada aseguran que es una tradición antiquísima, que según la Asociación Japonesa de la Caza de Ballenas comenzó en precarias embarcaciones en el siglo XII, para satisfacer las necesidades de la población.

En el siglo XVII la práctica se organizó en la ciudad de Taiji, que hasta ahora es conocida por eso y por la tradicional matanza de delfines, en donde los pescadores acorralan a cientos de especímenes y los apuñalan convirtiendo el azul del mar, en rojo.

La caza de ballenas siguió en Japón de manera artesanal hasta mediados del siglo XIX, y en 1906 fue construida una base industrial en Ayukawa, marcando así el inicio del procesamiento moderno del animal.

La derrota en la Segunda Guerra Mundial luego de las bombas atómicas dejó al país en la miseria, y su población literalmente se moría de hambre, entonces la Marina de EEUU cedió dos barcos de guerra que fueron transformados en balleneros que partieron a cazar a la Antártica.

Desde fines de los años 40′ hasta mediados de los 60′ la carne de ballena fue la más consumida en el país, tanto así que en 1964 Japón consumió más de 24 mil ejemplares.

Marginal

Japón durante este año capturará 227 cetáceos en los alrededores de la isla, una cifra menor a las 330 ballenas que cazaron el año pasado en la Antártica.

Las autoridades aseguraron que pescarán especies que no están en peligro de extinción. La cuota permite 52 ballenas de la clase Minke, 150 de rorcual Bryde y 25 de rorcual común. Y la información entregada por Japón asegura que existen 20.513 ejemplares de la primera y casi 35.000 de la segunda y la tercera especie.

Un punto importante es que ahora el consumo de carne de ballena es marginal. Las personas dedicadas a la industria no son más de 300, y de las 223 mil toneladas de 1962 se pasó a seis mil en 1986. En la actualidad en promedio cada japonés come al año 30 gramos, lo que equivale al 0,1% del total de carne que consumen.

 

Polémica

«Mi corazón está embriagado de felicidad, me siento súper emocionado. Esta es una pequeña industria y estoy orgulloso de cazar ballenas. La gente ha cazado ballenas en mi ciudad durante más de 400 años”, declaró a la prensa local el pescador Yoshifumi Kai.

El director de Greenpeace, Sam Annesley, manifestó su indignación:»Los océanos del mundo se enfrentan a múltiples amenazas, como el cambio climático y la contaminación plástica, además de la sobrepesca. Como país rodeado de océanos, donde las vidas de las personas dependen en gran medida de los recursos marinos, es esencial que Japón conserve sus océanos».

Aún así, según una encuesta realizada por el canal público de NHK, el 53% de los japoneses aprueba la caza de ballenas, el 37% está en contra, y al 10% le da lo mismo.

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