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Trump encabezó intimidante desfile del día de la independencia con tanques y aviones

Muchos líderes militares tenían reparos sobre exhibir armamento como espectáculo

Los desfiles militares llegaron a su máxima expresión en la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría, mientras tanto EEUU miraba con curiosidad esos despliegues casi artísticos del material bélico, pero no contaban con Trump.

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El presidente norteamericano asistió el 14 de julio del 2017 a un desfile militar en Francia, en el día de la bastilla, y quedó impresionado con la música, los aviones, marchas y tanques que se presentaron. Tan maravillado quedó que en el día de la independencia de su país tiró (casi) toda la carne a la parrilla.

Trump organizó personalmente su propio evento frente al Monumento a Lincoln, en Washington. «Tendremos un gran 4 de julio, en la celebración participarán los mejores aviones de combate en el mundo y otros más, y tendremos tanques Sherman y Abram completamente nuevos», anunció.

Los pesados vehículos de guerra llegaron en tren y pasaron en camiones para no destruir el pavimento de la Avenida Pennsylvania, porque la alcaldía de la ciudad no estaba de acuerdo con un despliegue tan ostentoso.

El Monumento a Lincoln generalmente se usaba para la observación de los fuegos artificiales que cierran el acto, pero como Trump hizo el discurso ahí, el sitio de lanzamiento se trasladó al parque West Potomac, y duró quince minutos más de los veinte acostumbrados.

El discurso del presidente, en el que dedicó un tiempo a promocionar a cada rama del ejército, comenzó a eso de las 18:30, entre el vuelo del Air Force ONE, los jets militares Flyover y seguido de un saludo de 21 cañones.

“Durante más de 65 años, ninguna fuerza aérea enemiga ha logrado matar a un sólo soldado estadounidense porque los cielos pertenecen a los EEUU de América”, resaltó Trump.

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La prensa local informó que muchos líderes militares tenían reparos sobre exhibir armamento como espectáculo, e involucrar a las FFAA en lo que se convirtió en un evento político, porque en un buen porcentaje del valor del acto fue pagado por adherentes de Trump.

Sin embargo 800 efectivos militares participaron en el “Saludo a Estados Unidos”, y 900 efectivos adicionales de la Guardia Nacional de Washington se movilizaron en labores de seguridad.

El Servicio de Parques Nacionales gastó 2,5 millones de dólares para el evento, y la Casa Blanca no informó del costo total del despliegue de aviones y tanques.

En los alrededores también fueron autorizadas contramanifestaciones y no faltaron los clásicos globos con la figura de la guagua Trump. Poco antes del inicio de la ceremonia la afluencia de publico era limitada, y los organizadores hacían esfuerzos de última hora para que se viera más gente.

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