Uno de cada cinco automovilistas que circulan por Santiago tiene antecedentes penales. Esa es la principal conclusión luego de los primeros 6 mil controles en el marco de una nueva campaña de fiscalización en las autopistas concesionadas, impulsada por la Intendencia Metropolitana. El dato, sin embargo, se vio opacado por el flamante nombre de la campaña: «Plan Autopista Segura».
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El nombre hizo recordar a varias otras campañas que ya ha impulsado el Gobierno, cosa que no pasó inadvertida dentro de las redes sociales. «Más de lo mismo», «impresionante la creatividad de La Moneda», fueron algunos de los calificativos que dedicaron los tuiteros al curioso nombre.
Lo cierto es que la insistencia en poner el mismo apellido a sus cruzadas ya no es coincidencia. De hecho, el Gobierno ya lanzó al menos 5 «campañas seguras» en estos dos años: «Aula Segura», «Peatón Seguro», «Denuncia Seguro», «Eclipse Seguro» y «Autopista Segura».
La más visible hasta ahora, y primera, ha sido la que llevó adelante la ministra Marcela Cubillos, a propósito de los incidentes en el Instituto Nacional, y lanzada en septiembre del año pasado. Las últimas, por su parte, han sido la del llamado a usar los lentes certificados durante el eclipse para evitar daños oculares, a fines de junio, y la fiscalización en autopistas, esta semana.
¿Por qué insistir tanto en un mismo concepto? «El ‘seguro’ se les quedó pegado parece», dice la publicista y académica de la Universidad Mayor, Maricarmen Estévez.
En términos de estrategia, dice la experta, «cualquier marca que tiene muchos productos trata siempre de vincular un concepto común a todos ellos, para que la gente lo asocie a la marca. El Gobierno toma el concepto ‘seguro’ porque ellos saben que lo que más le preocupa a la gente es la seguridad individual y de su familia».
Para Estévez, eso sí, la frágil línea entre impulsar con inteligencia una estrategia o caer en la reiteración, ya se rompió. «Si bien el mecanismo tiene una lógica, ya es mucho. Incluso el tono parece un poco irónico y por eso a la gente ya no le cae bien».
A eso, agrega la publicista, se suma el sentido comunicacional. «Piñera se casó con la seguridad desde que fue su gran promesa de campaña. A la fecha no ha tenido resultados concretos de mejoras en la seguridad del país, pero el mensaje es que ahora sí estaremos seguros».