Este lunes el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, rindió homenaje a los 25 años de la muerte de su abuelo Kim Il-sung, el «adorado líder» que comenzó una fuerte dinastía que ha pasado de dulce y agráz.
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Hasta el Palacio del Sol de Kumsusan, donde se encuentra sepultado el cuerpo embalsamado de Il-sung y su hijo Kim Jong-il, llegó el «líder supremo» Jong-un acompañado de las principales autoridades del hermético país.
Para la ceremonia se dispusieron las banderas a media hasta y se realizó un minuto de silencio seguido por una sirena que se sintió a lo largo de todo el país a eso de las 12:00 hora local.
Decenas de personas visitaron los monumentos al «adorado líder» y rindieron tributos haciendo reverencias y llevando flores ante la imagen del fundador de Corea del Norte.
La propaganda norcoreana instó a seguir el legado del fundador. En una editorial, el diario Rodong instó a potenciar la «autosuficiencia» impulsada por Il-sung .
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Kim Il-sung falleció en 1994 producto de un ataque al corazón, sin embargo, hasta el día de hoy su figura que pesa sobre los hombros de su nieto.
Tras la segunda guerra mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética se repartieron el sur y el norte del territorio norcoreano respectivamente. El régimen comunista enarboló la figura del abuelo de Kim como líder militar tras el conflicto bélico.
No obstante, no fue hasta que su hijo Kim Jong-il no tomó las comunicaciones del régimen que la figura de Il-sung se convirtió en una especie de dios para los norcoreanos, miles lloraron al minuto de su muerte.