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El Chernobyl de los océanos: así era el submarino nuclear soviético 800.000 veces más radioactivo de lo normal

El K-278 soviético, que se hundió en 1989, era propulsado por un reactor nuclear

Alerta generó en todo el mundo el descubrir que el peligroso submarino nuclear soviético, que yace en las profundidades del mar de Noruega, está emitiendo 800.000 veces más radiación de lo normal y que su amenaza durará unos 30 años.

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Antes que llegara a las profundidades en abril de 1989, el K-278 soviético era uno de los inventos más ambiciosos de la extinta Unión Soviética.

Lanzado en 1983, el también llamado Komsomolets era propulsado por un reactor nuclear de combustible de uranio (con cesio-137 y estroncio-90). Su tamaño era de 118 metros de eslora y 11 de manga, en su sección frontal tenía seis tubos de torpedos frontales y poseía un casco interior hecho de titanio, según la BBC.

Al momento de su hundimiento se encontraba cargado con dos torpedos con una ojiva nuclear cada uno, ambas con 3,2 kilogramos de plutonio-239, según un artículo de El País que data de 1994. Esta cantidad de material radioactivo equivalente a una potencia de unos 60 kilotones. La bomba de Hiroshima, que estaba hecha de uranio-235, tenía una potencia de 13 kilotones.

Tenía todo para triunfar hasta que en 1983 un cortocircuito provocó un incendio que se propagó por el sumergible. Cuatro tripulantes fallecieron por el siniestro y otros 38 murieron, por exposición a la radiación, ahogados o a causa del frío. Tan sólo 27 salieron con vida.

Actualmente se encuentra a 1.680 metros de profundidad, a unas 160 kilómetros al suroeste de la isla Bear de Noruega.

 

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