Existen muchas dudas e inquietudes en torno a FaceApp y la seguridad de esta plataforma que gracias a su tecnología, sencillez y viralidad, se ha encargado de recolectar los datos faciales biométricos de medio mundo en un tiempo récord.
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Aquí ya hemos hablado bastante sobre los riesgos latentes legales y 100% autorizados por el usuario. En donde la información recolectada podría acabar en manos tal vez no deseadas.
Pero ahora las cosas han escalado al siguiente nivel, luego de que la bancada demócrata del Senado de Estados Unidos reaccionase junto con el Comité Nacional del Partido Demócrata.
Para exigir la intervención del FBI en el asunto de FaceApp y determinar de una vez por todas si los vínculos de la plataforma con Rusia representa algún peligro.
El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, utilizó su cuenta oficial de Twitter, para hacer pública su solicitud de que la oficina de investigación tome cartas en el asunto:
BIG: Share if you used #FaceApp:
The @FBI & @FTC must look into the national security & privacy risks now
Because millions of Americans have used it
It’s owned by a Russia-based company
And users are required to provide full, irrevocable access to their personal photos & data pic.twitter.com/cejLLwBQcr
— Chuck Schumer (@SenSchumer) July 18, 2019
Escribo para expresar mi preocupación respecto a FaceApp, una aplicación de móvil con sede en San Petesburgo, Rusia, que podría suponer riesgos de seguridad nacional y privacidad para millones de ciudadanos estadounidenses.
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Sería profundamente preocupante si la información personal sensible de ciudadanos de EEUU se proporcionase a un poder extranjero hostil activamente involucrado en ciberhostilidades contra Estados Unidos.
Es lo que marca Schumer en una carta enviada este miércoles tanto al FBI como a la Comisión de Comercio de Estados Unidos.
El máximo asunto delicado es que en el acuerdo de Términos y Condiciones de FaceApp, una compañía de origen ruso, se marca claramente que toda la información recolectada por la plataforma puede ser cedida a terceros.
Mismos que podrían utilizar los datos según les plazca. Nunca se marca qué entidades son esas que podrían explotar los datos.
Lo que abre la posibilidad que incluso el gobierno ruso termine teniendo control sobre toda esa información biométrica.