El Papa Francisco le prohibió al obispo estadounidense Michael Bransfield participar en toda liturgia pública, por las acusaciones de abuso sexual en su contra.
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Un informe realizado por la Iglesia norteamericana arrojó que el obispo retirado de Wheeling-Charleston fue un depredador sexual que gastó millones de dólares en un «estilo de vida extravagante y lujoso».
Según el Washington Post , el obispo Michael Bransfield, de 75 años, dio regalos en efectivo por un total de 350 mil dólares a otros sacerdotes, incluidos importantes prelados y jóvenes religiosos a los que presuntamente habría abusado sexualmente.
Los registros financieros revelan que Bransfield también dio dinero a miembros de la familia en el clero, con más de 9.000 dólares para su sobrino, el padre Sean Bransfield, que es el vicecanciller de la Arquidiócesis de Filadelfia, y más de mil para su primo, el monseñor Brian Bransfield. Monseñor Bransfield es el secretario general de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
Poco después de su nombramiento en la diócesis el 2004, Bransfield aparentemente declaró que el dinero era suyo y se fue de compras. De acuerdo con el informe, el obispo «gastó 2.4 millones de dólares en dinero de la iglesia en viajes, en gran parte personales, que incluían volar en jets privados y alojarse en hoteles de lujo». Él y su personal bebían casi US$1.000 en alcohol por mes y, después de que un incendio dañara un baño en su residencia, el obispo ordenó renovaciones que costaron 4.6 millones. Según el arzobispo Lori, Bransfield remodeló su otra residencia diocesana y comenzó a trabajar en su residencia de retiro.
Ahora el Vaticano determinó que Bransfield no podrá residir en su antigua diócesis, ni participar en celebraciones liturgias públicas, en cualquier lugar en el que esté, y deberá corregirse públicamente por el mal que causó, según el Vatican News.